lunes, julio 20, 2009

De sabios es rectificar...

Eso, al menos, asevera la sentencia popular y algo debe tener de cierta cuando, tras un acuerdo, una decisión o una orden poco afortunada, la reacción que se produce al ser anulada o corregida, es de generalizada satisfacción en todos aquellos que se habían visto afectados, en una u otra medida, por aquella...
Eso, sin ir más lejos, es lo que hemos vivido en Jerez durante los últimos meses y, en particular, comeciantes, vecinos y escolares que tienen su negocio o su vivienda en la Porvera además de padres y alumnos de la antigua, entrañable y lasaliana Escuela de San José que se vieron directa y seriamente afectados por la decisión municipal - ¿precipitada acaso? - de dividir la calle absurdamente en dos carriles, uno para la normal circulación de vehículos en dirección a la Alameda Cristina y otro, en sentido opuesto para Autobuses y vehículos de servicio público en dirección a calles Ancha o Lealas, colocándose además unos pivotes en el centro, para dividir la calzada.
Obviamente, con semejante determinación, las protestas no se hicieron esperar, a lo que hubo que añadir los consiguientes hundimientos - provocados por el paso de los autobuses - en dicha calle, los diversos cortes de tráfico, como señal de protesta, que en dicho lugar se produjeron y un largo etcétera de acciones y problemas similares que evidenciaban, bien a las claras, que dicha medida era no ya un error sino un auténtico despróposito...
¿Quién la pensó? ¿Quién la propuso?
Lo cierto es que, ahora alguien ha tenido el buen juicio de dar marcha atrás y anunciar, para principios del próximo mes de septiembre, la supresión de tan controvertida actuación municipal, lo que viene a corroborar lo que el titular de este post adelanta, que es de sabios el rectificar algo que no ha estado bien hecho o, desde luego, poco meditado...
Mas o menos como el decidir, finalmente, que el proyectado ¿futuro? tranvía en Jerez no discurra por calles tan estrechas, problemáticas y concurridas como Medina y Honda, esta segunda en cuanto a lo último, antes de ser absurdamente peatonalizada, medida de la que también habría mucho que hablar.

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