lunes, julio 27, 2009

Adios al TALGO.

Cuando aparecieron las primeras unidades por nuestros caminos de hierro, cruzando el paisaje de España, todos los que vivimos aquella época tuvimos la certeza de que la tecnología española, aún con la limitación de medios que padecía nuestro país, a pesar de que eso de la investigación nos sonaba como cuestión estratosférica en poder de los americanos, podía sentirse orgullosa de haber concebido un moderno medio de transporte ferroviario, cuyas prestaciones superaban claramente las de otros muchos paises de nuestro entorno...
Un tren rápido, moderno, confortable, al que la mayor pega que se le ponía, por parte de los usuarios, era su bamboleo, ya que al tener una estructura redondeada, unido claro está a la red viaria que entonces discurría por las tierras de España, producía esa sensación de vaiven algo molesta para los viajeros.
Llegaron después, mucho después, los trenes de Alta Velocidad, fabricados en Alemania y Francia y, como siempre nos ocurre, con la permanente novelería de los españoles y, sobre todo con nuestra innata tendencia a preferir lo foráneo a lo propio, procedimos a arrinconar los trenes Talgo, mientras, por ejemplo, en Estados Unidos se les daba preferencia sobre otras propuestas para atender una de sus líneas férreas más utilizadas.
Se dijo entonces que si valían para el extranjero, ¿por qué no se les utilizaba aquí para atender la llamada Alta Velocidad? pero por lo que se ve - ¿Intereses no confesados? ¿Acuerdos internacionales?- seguimos prefiriendo lo ajeno a lo nuestro, aunque ello no impide - ¡hasta ahí podíamos llegar!- que el último viaje de un tren TALGO se convierta en noticia de relieve nacional, el día en que esta parte notable y destacada de nuestro transporte ferroviario daba por concluido su fructífero periplo...
Por eso hemos querido dejar en este post el recuerdo y la loa para un tren que, en su momento, fué orgullo para los españoles y que a lo mejor, si se hubiera apoyado convenientemente por parte de la Administración, hoy día no habría dejado de circular por las vías del mundo.

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