Hasta mas ver...bisiesto.

Llegamos, por fín, al final de este año 2008, bisiseto por más señas, que ha dejado tras de sí, desde el atentado de la T-4 en Barajas, que ponía fín a la tregua de ETA, la crisis económica con su secuela de paro, el gravísimo accidente del Aeropuerto madrileño, inundaciones por varios rincones de España, violencia y muerte contra muchas mujeres, atentados en Irak y Afganistán, masacres en la franja de Gaza, el interminable conflicto de Israel y Palestina, el terrorismo en la India, los diversos atentados de la banda criminal vasca, con su estela de muertos y, para remate, a pocas horas de las campanadas de la Puerta del Sol, otro coche bomba contra un medio de comunicación, por si acaso se logra acallar la voz de los periodistas...

Total, que vaya con Dios este octavo año de la primera década del 2000 y hasta más ver.

Y con la llegada de un nuevo año, nuestro renovado deseo de prosperidad, paz, trabajo y salud para cuantos siguen este blog a los que reitero la gratitud por acceder al mismo, participar con sus comentarios y críticas, lo que le alienta a uno a proseguir difundiendo sus ideas y opiniones a través de esta ventana cibernética.

Que 2009 sea propicio para todos.

Ladrones de guante blanco

En todo este embrollo de la crisis financiera mundial, que tantas consecuencias negativas ha deparado y sigue obsequiando especialmente a las personas que menos poder adquisitivo tienen, nadie ha dicho - o si acaso lo ha hecho, en voz baja - que todo el peso de la Ley, todo el rigor que de las normas vigentes se derive, debería caer - como una merecida losa - sobre los especuladores, los irresponsables administradores que han permitido que se llegue a semejante estado de cosas, aunque ellos finalmente - si su Banco o su Financiera ha quebrado o tuvo que se intervenida - se lo han llevado, pero que muy calentito...

Y eso es lo que la sociedad no debería permitir, obligando a estos gestores de pacotilla, a estos auténticos terrorista económicos, a pagar, con su propio patrimonio o con la carcel el daño inferido al conjunto de los damnificados por su intolerable proceder.

Pero, como en tantas otras cosas, parece que mirar para otro lado es lo aconsejable para algunos políticos, de esta orilla del atlántico y de la otra. Que lo mejor es enchufar cientos de miles de millones a la Banca que ha provocado con su negligencia y por que no, su estupidez, este crak que se traduce en la imposibilidad de mantener vivas muchas empresas, en la insuperable dificultad para pagar las hipotecas y, desde luego, en la pérdida de millones de puestos de trabajo en todo el mundo.

¿Y los responsables - personas y Entidades - de "rositas"...?

Por el momento, parece que sí.

Triste, pero cierto.

Inocentes.

La costumbre antañona de gastar inocentadas, más o menos graciosas, más o menos molestas, más o menos patosas, ha disminuido en este tiempo nuestro de forma apreciable, incluso en los medios periodísticos impresos, donde hace años era absolutamente inevitable que incluso en primera página aparecieran este día "noticias" que hablaban de monstruos, premios nunca reales para los teóricos afortunados o de acontecimientos ficticios con repercusión en una determinada ciudad, tal vez porque los acontecimientos cotidianos no dejan lugar a la broma...

Claro que el sentido de la festividad del día, que diera orígen a esa reiterativa manía de gastar inocentadas, sigue existiendo no ya solo en la liturgia propia de la Iglesia sino en ciertas tradiciones que siguen vigentes en no pocos lugares.

De todas formas, no era de esos inocentes de los que hoy queríamos hablar, sino de los niños del Congo, que huyen despavoridos de sus aldeas y recorren centenares de kilómetros sin saber muy bien donde refugiarse como también debemos hacerlo de aquellos que fueron víctimas en el genocidio de Ruanda, que se dejó pasar sin más por el civilizado primer mundo, y de las víctimas de los enfrentamientos entre judíos y palestinos, con reciente masacre de estos últimos, por no hablar igualmente de los centenares de miles de niños que fallecen como consecuencia de la Malaria, el Sida y la hambruna...

Inocentes.

Víctimas ciertamente inocentes de un mundo de palabras huecas, altisonantes y cínicas que tratan de encubrir estos flagrantes asesinatos.

Inocentes. Pobres inocentes...

¿Noche de paz?

Eso nos gustaría, que de verdad fuera una noche de Paz, en la que la fraternidad entre las personas de buena voluntad fuera el lema común y universal, pero a pesar de tanto intercambio de mensajes, en estas fechas, con expresiones de felicidad, lo tristemente cierto es que por demasiados rincones del mundo - el Congo, Palestina, Irak y una interminable relación de lugares - los hombres siguen matando, secuestrando o humillando con la lacra del hambre o de enfermedades como el SIDA o la Malaria, a muchos semejantes sin que desgraciadamente estas agresiones a la dignidad humana tengan fín...

Y no solo por rincones alejados; también entre nosotros sigue vigente la violencia, de género y de cualquier otra clase, la especulación, la marginación, el paro y el hambre como se puede comprobar en las colas que se forman, cada día, ante los comedores donde quienes no tienen ni para llevarse un trozo de pan a la boca acuden buscando un plato de comida caliente, lo que es posible gracias en buena medida a Congregaciones religiosas, Cáritas u organismos similares que llevan a cabo su ejemplar misión no solo sin pedir nada a cambio sino procurando que "una mano no se entere de lo que da la otra".

Con este panorama llegamos a la ¿Nochebuena? en la que las hermosas notas del maestro Frank Grüber suenan tristemente sin el menor sentido, en una sociedad esclavizada por el consumo, la indiferencia y la superficialidad en las palabras de saludo que entre unos y otros se entrecruzan por la calle.

¿Viviremos, de verdad, alguna vez la fiesta de la Navidad, para que la Paz, en la noche o en el día, sea posible entre los hombres de buena voluntad...?

Dice la sabiduría popular "que la esperanza es lo último que se pierde".

Posiblemente ella - la esperanza - esté viva en los niños a poco que todos procuremos sembrar en ellos la llama del amor.

Tráfico y mortalidad infantil

Ciertamente, desde la implantación del nuevo carnet de conducir por puntos una disminución de la velocidad de los conductores en autopistas, autovías y carreteras se ha notado en nuestro país y, cuando uno circula por ellas, aparte claro está de los majaretas y "fangios" que los sigue habiendo, aparte desde luego de aquellos que quieren presumir de coche o buena conducción, según ellos, la inmensa mayoría de ciudadanos sensatos han optado por no jugarse el documento que los habilita para poder conducir un vehículo y, sobre todo, por no jugarse su propia vida y la de los demás... aunque todavía quedan quienes alegan que ir a ciento veinte produce aburrimiento o sueño o que "su" coche puede ir más rápido por las prestaciones del motor y "lo seguro que es".

Eso, afortunadamente, se traduce en una sensible disminución del número de accidentes y por supuesto de víctimas mortales y heridos, a lo que también contribuye la progresiva mejora de nuestras vías de comunicación, la revisión obligatoria del parque de automóviles y camiones que circula por ellas, previo paso por las ITV, y una mayor concienciación del conjunto de la ciudadanía con respecto a los problemas derivados del tráfico.

Claro que, a pesar de ello y de la mejora evidente de los sistemas de protección específicamente diseñados para los más pequeños en edad y del tipo de asientos que actualmente es obligatorio llevar en los coches, cuando en los mismos viajan niños, siguen siendo - según un estudio reciente del Real Automóvil Club de España - los accidentes de tráfico la principal causa de mortalidad infantil en España, ya que el pasado año fallecieron como consecuencia de ellos en nuestro país más de un centenar de menores de edad, resultando heridos de gravedad una cifra superior a los seiscientos.

Del estudio que nos ocupa, divulgado con ocasión de celebrarse el "Día Universal de la Infancia", se desprenden además datos tan significativos como que la mayoría de los fallecidos lo fueron en accidentes de carretera, que con respecto al año anterior - 2006 - se epreció un incremento de mortalidad infantil en las ciudades, que según el RACE se corresponden con desplazamientos cortos sin utilizar los sistemas de retención infantil o con atropellos o que se incrementaron los accidentes que afectaron a niños comprendidos entre 0 y 1 año y entre los de 2 a 5 años, datos que sin duda deben hacernos reflexionar a todos.

Desgraciadamente los accidentes de tráfico son una auténtica plaga de nuestro tiempo, pero cuanto se haga para reducirlos o evitarlos será sin duda positivo y en esta tarea tenemos que implicarnos todos los ciudadanos, conductores o no...

¿El paro para los autónomos?

Si como ha manifestado recientemente el Ministro de Trabajo, es cierto que en esta legislatura - es decir, de aquí al mes de marzo de 2012 - los trabajadores Autónomos obtienen la posibilidad de cobrar la prestación por desempleo, aspiración antigua de este colectivo que supera los tres millones de españoles, habremos dado un paso muy importante en beneficio de una parte de la población trabajadora de España y desde luego se habrá atendido una demanda de absoluta justicia para estos trabajadores por cuenta propia.

Claro que, de momento y aunque según tambien ha manifestado el citado Ministro se está estudiando este asunto, de indudable complejidad, el cobro de esta prestación no deja de ser una promesa y ya se sabe que es lo que ocurre, a veces, con las mismas y sobre todo cuando provienen del ámbito político, por eso es de esperar que en este caso no sea así y que, en los próximos años, todos y sobre todo los Autónomos podamos verla convertida en feliz realidad.

En el marco de la regulación laboral española se habrá dado un paso realmente importante, que beneficiará a millones de trabajadores y que contribuirá, sin duda, a estimular que otros muchos se dediquen a actividades por cuenta propia lo que puede representar una transformación substancial del mercado de trabajo en nuestro país, dependiente actualmente de forma mayoritaria de aquellos que trabajan por cuenta ajena...

Si a esta posibilidad, de amparar derechos de los Autónomos se une la flexibilización de horarios, en aquellas actividades que lo permitan, la equiparación de las retribuciones, a igual trabajo, entre mujeres y hombre, y el fomento del llamado tele-trabajo, o trabajo en casa, y el reconocimiento del trabajo de las amas de casa, no cabe duda que se estará incorporando nuestra sociedad y con ello a España a la modernidad.

Lo de la SGAE, de nota...

Naturalmente es necesario defender la propiedad intelectual y, por tanto, que existan entidades y asociaciones encargadas de proteger los derechos de autor no es solo conveniente sino completamente necesario ya que de otro modo cualquiera podría utilizar para su propio beneficio lo que otros, con gran esfuerzo e imaginación, ha sabido crear en cualquier campo de la música, la literatura o las distintas formas en que se expresan las llamadas bellas artes...

Claro que de eso a infiltrar, como acaba de ocurrir en Sevilla, un espía para comprobar la utilización de determinados temas musicales en una Boda es ciertamente - como se dice en argot popular - "de Juzgado de Guardia" y efectivament en eso terminará esta lamentable historia protagonizada por un recaudador de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) que extralimitándose en su celo no tuvo mejor ocurrencia que grabar el baile posterior al enlace nupcial sevillano, para poder cobrar el canon correspondiente.

Y para colmo, como consecuencia de este manifiesto abuso se ha sabido, tras estar condenada la referida Sociedad por práctica semejante en ocasión anterior.

Y es que, como ya queda dicho, necesaria es la defensa de los llamados derechos de autor, pero eso no puede traducirse en un régimen de inspección sobre los posibles usuarios de las obras creadas por músicos, escritores, etc. que autorice, por ejemplo, a la SGAE a poder acceder a la contabilidad de las Emisoras de Radio a las que se aplica un gravamen no ya por lo que puedan utilizar o utilizan de música, sino por la publicidad que facturan, lo cual nos situa en un escenario absolutamente fuera de lugar en un Estado de derecho.

¿Cuando se corrige este indudable abuso?

¿Cuando se dictarán normas para que la SGAE pueda defender los derechos de sus representados, sin lesionar los de los demás ciudadanos...?

¿Cuando?

Un rebuzno nacionalista.

No imagina uno a su Señoría Juan Tardá, diputado en el Congreso por Izquierda Republicana de Cataluña, acudiendo a percibir su nómina mensual - bastante suculenta por cierto - como representante de una reducida parte del electorado catalán, prorrumpiendo el rebuzno que tuvo la ocurrencia de emitir el día de la Constitución, en un acto, bastante poco concurrido desde luego, con las Juventudes independentistas de su Partido invitando públicamente a darle "muerte al Borbón"..., por si acaso al funcionario Pagador se le ocurre retenerle el salario por provenir, precisamente, de un Estado a cuyo Jefe le ha faltado el respeto y la consideración debida.

Como no imagina uno tampoco que ante una manifestación semejante de cualquier ciudadano anónimo, las autoridades policiales o judiciales permanezcan pasivas o miren para otro lado, en un intento de solapar la agresión verbal a la mas alta magistratura de la Nación, tal y como hemos podido comprobar en diversas ocasiones anteriores...

Y no vale la argumentación de la condición de aforado de este indivíduo ni la del respeto a la libertad de expresión pues este derecho, de todo ciudadano, además de deber ser utilizado con suma prudencia especialmente por un representante de la soberanía popular, no justifica ni la falta de consideración ni mucho menos la incitación a la violencia, tipificada por cierto en nuestro ordenamiento jurídico.

Como tampoco vale que tras un "calentón" - definición justificativa del exabrupto del izquierdista catalán - se utilice el camuflaje de la disculpa para quitar hierro a la metedura de pata.

Y es que Democracia es sinónimo de respeto, a todos y en toda circunstancia y quién no es capaz de tenerlo, se autoexcluye de un régimen de libertades mayoritariamente aceptado por los españoles de bien...

El lugar de encuentro.

En este trigésimo aniversario de la Carta Magna, a la que ayer mismo y en post relacionado con el Pacto de Antequera para la autonomía andaluza aludíamos, es necesario felicitarse por el dilatado período de estabilidad que nuestra Constitución ha deparado para España, configurando una situación hasta ahora inédita y en la que, con aciertos y errores, nuestro país ha avanzado por la senda de la prosperidad, la justicia y la paz, tan solo alterada de vez en cuando por la plaga del terrorismo etarra que precisamente en vísperas de esta jubilosa celebración se cobraba una nueva víctima en la persona del empresario vasco Ignacio Uría.

Pero a pesar de tozudo empeño de los criminales en alterar la normalidad de los españoles, lo cierto es que la Constitución de la que supimos dotarnos para salir de la dictadura, ha puesto las bases para una prolongada etapa de convivencia en la que nuestra sociedad ha podido ir adentrándose en la modernidad y el progreso hasta situarse en primera línea entre los países más avanzados del mundo occidental.

Claro que como todo, también la Constitución que ahora festejamos puede quedársenos vieja y peder por ello su eficacia como instrumento para el progreso de España y ello nos lleva a insistir, de acuerdo con lo que según el CIS opina más de la mitad de los españoles, en su necesaria reforma, especialmente - como apunta también dicha encuesta - en materias como las Autonomías, la igualdad de sexos que acabe con la antigualla de la llamada Ley Sálica, el endurecimiento de las penas y el cumplimiento íntegro de las condenas para determinado tipo de delitos, la Justicia, para que esta no se vea sometida a la servidembre de los partidos, la nueva configuración del Senado y sus funciones o el sistema electoral...

Sin prisas, pero sin pausas. Sobre la base de un texto ya consagrado por tres décadas de impecable funcionamiento, pero con la voluntad de irle incorporando aquellas enmiendas que lo actualicen y le garanticen su continuidad en el tiempo. Vamos, algo así como la Constitución de Estados Unidos, que ya ha cumplido doscientos años de vigencia, a pesar de la manía que algunos tienen por aquí a todo lo norteamericano...

Treinta años de autogobierno.

Después de la que hubo que pasar para alcanzar la plena autonomía, por el artículo 151 de nuestra vigente Constitución, con referendum incluído cuyo resultado fué contrario a este anhelo popular por aquella equívoca pregunta del Gobierno de UCD, tras tan largo y a veces difícil camino, es ciertamente motivo de alegría que hayamos llegado al trigésimo aniversario de aquel Pacto de Antequera, en el que once formaciones políticas decidieron emprender el camino para que esta tierra nuestra alcanzara su pleno autogobierno, dentro del marco del Estado español...

Y ahora, en plena celebración de aquel histórico 4 de diciembre de 1978, bien que podrán algunos recrearse en la contemplación de lo logrado hasta este momento por la Autonomía de Andalucía, como también los habrá que pongan en duda los resultados de esta experiencia política compartida con las otras dieciseis Comunidades que configuran el mapa autonómico de España, aunque la verdad objetiva es que, con sus errores y tropiezos, este sistema - que tal vez está reclamando ya una revisión del texto sobre el que se asienta nuestra convivencia democrática - ha sido evidentemente positivo para el desarrollo y la prosperidad de todos los andaluces.

Es decir, que con sus laguna - que evidentemente las tiene - la Autonomía cuya base se pondría en aquella Asamblea de Antequera, de hace treinta años - ha resultado positiva para esta tierra que tantas veces fué marginada e incluso postergada, en beneficio de otros intereses ajenos a sus habitantes, aunque ello no minimice la necesidad de seguir reclamando lo que es nuestro y nos pertenece y de seguir urgiendo las reformas necesarias para que las Autonomías no acaben fagocitando al propio Estado que sobre dicha base se construyó en la transición política, a la muerte de Franco.

Pero ello no debe impedirnos reconocer lo logrado hasta aquí y celebrar con orgullo y felicidad este aniversario del Pacto de Antequera..., que es tanto como autofelicitarnos todos los andaluces.

De recortes sociales, nada

Un reciente informe hecho público por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) nos da cuenta de que un noventa por ciento largo de los españoles rechaza de plano cualquier intento de recortar la atención sanitaria de la que venimos disfrutando en nuestro país, las pensiones o la enseñanza, de acuerdo con la encuesta denominada "Actitudes hacia el Estado del bienestar" que se ha realizado consultando a cerca de dos mil quinientas personas, repartidas en casi doscientas cuarenta ciudades españolas de las cincuenta provincias que componen nuestra geografía.

Es decir, que lo tenemos claro, pero que muy claro. Vale lo de la EpC, lo del proyecto de ampliar la Ley del Aborto, lo de enviar tropas, en misión de paz desde luego, al extranjero, lo de endosar a la Banca miles de millones, para salvarle el pellejo y cualquier otra medida que no toque - directa y fehacientemente - a nuestros bolsillos, pero de minimizar la atención en cuestiones de salud, reducir o congelar Pensiones y recortar cuanto se relacione con la enseñanza, nada de nada que para eso el ciudadano tiene a su disposición las urnas, generalmente cada cuatro años, para corresponder a quienes se atrevan a ello.

Vamos, que de recortes sociales nada y bien que harían los políticos de cualquier ideología que detenten poder, en los ámbitos nacionales, autonómicos, provinciales o locales, en tenerlo muy en cuenta si no quieren verse señalados con la huella de un zapato imaginario en el trasero, o lo que es lo mismo, enviados a su casa directamente desde la urna soberana de la decisión popular.

Eso, al menos, es lo que se desprende de la encuesta que da pie a este post y que al venir avalada por el CIS no debe diferir mucho del pensamiento real del conjunto de la ciudadanía...

Muerte súbita sobre el terreno de juego.

Posiblemente el caso más impactante, por haberse prácticamente televisado en directo, por la celebridad del futbolista, por su anunciada paternidad, fué sin duda el del malogrado jugador del Sevilla F.C. Antonio Puerta, que en plena juventud vió truncada su prometedora carrera deportiva, su vida en suma, por una lesión cardiaca irreversible que, tras pocos días de angustiosa espera, le llevaría a la tumba, provocando una extraordinaria conmoción en toda España y singularmente en Sevilla, donde nunca como hasta entonces se vió a dos aficiones profundamente rivales - béticos y sevillistas - tan estrechamente unidas...

Fué un duro golpe para el mundo del deporte, aunque ni exclusivo ni único, que ya se había dado con anterioridad, con mucha menor repercusión mediática -como el caso de otro futbolista del mismo equipo, Pedro Berruezo, fulminado sobre el cesped del Estadio de Pasarón, en Pontevedra -y que posteriormente se ha repetido en otros lugares del mundo y muy recientemente en un partido de la Olímpica Valverdeña, en la provincia de Huelva, donde un jóven integrante de dicho equipo también ha sufrido lo que suele denominarse "muerte súbita", cayendo desplomado sobre el cesped en pleno partido.

Ante acontecimientos como estos, tan trágicos y verdaderamente tristes, desde luego se han tomado medidas, se ha mejorado la asistencia médica en los campos de fútbol y en general en las instalaciones deportivas, se ha dotado de desfibriladores muchos Estadios y se han incrementado las pruebas a los deportistas, en previsión de lesiones congénitas que pudieran provocar situaciones como las aquí comentadas, pero aún así parece que todavía queda un largo trecho por recorrer en la prevención de este tipo de contingencias y en ello se exige una coordinada acción de clubes, federaciones, ligas profesionales, asociaciones de deportistas y desde luego de las autoridades sanitarias, para que nunca nos pueda quedar la duda de "si se podría haber hecho algo más..." y sobre todo "si se podría haber evitado una muerte más...".

He ahí una cuestión importante, que exige la implicación de todos y muy especialmente del mundo del deporte y de quienes, por mandato popular, ocupan cargos públicos responsables de la salud de los españoles.