Un rebuzno nacionalista.

No imagina uno a su Señoría Juan Tardá, diputado en el Congreso por Izquierda Republicana de Cataluña, acudiendo a percibir su nómina mensual - bastante suculenta por cierto - como representante de una reducida parte del electorado catalán, prorrumpiendo el rebuzno que tuvo la ocurrencia de emitir el día de la Constitución, en un acto, bastante poco concurrido desde luego, con las Juventudes independentistas de su Partido invitando públicamente a darle "muerte al Borbón"..., por si acaso al funcionario Pagador se le ocurre retenerle el salario por provenir, precisamente, de un Estado a cuyo Jefe le ha faltado el respeto y la consideración debida.

Como no imagina uno tampoco que ante una manifestación semejante de cualquier ciudadano anónimo, las autoridades policiales o judiciales permanezcan pasivas o miren para otro lado, en un intento de solapar la agresión verbal a la mas alta magistratura de la Nación, tal y como hemos podido comprobar en diversas ocasiones anteriores...

Y no vale la argumentación de la condición de aforado de este indivíduo ni la del respeto a la libertad de expresión pues este derecho, de todo ciudadano, además de deber ser utilizado con suma prudencia especialmente por un representante de la soberanía popular, no justifica ni la falta de consideración ni mucho menos la incitación a la violencia, tipificada por cierto en nuestro ordenamiento jurídico.

Como tampoco vale que tras un "calentón" - definición justificativa del exabrupto del izquierdista catalán - se utilice el camuflaje de la disculpa para quitar hierro a la metedura de pata.

Y es que Democracia es sinónimo de respeto, a todos y en toda circunstancia y quién no es capaz de tenerlo, se autoexcluye de un régimen de libertades mayoritariamente aceptado por los españoles de bien...