miércoles, septiembre 10, 2008

Vándalos urbanos.

Define el diccionario de la Lengua española al vándalo - ya se sabe, aquellos indivíduos de un antiguo pueblo germánico que con otros bárbaros invadieron la España romana y que se distinguían por su espíritu destructor - como la persona que comete acciones propias de gente inculta, forajida y desalmada y por los huellas que van dejando sobre la ciudad, en este caso la de Jerez de la Frontera, y ciertamente que la definición les viene como anillo al dedo...
Y es que, una vez más y van..., esta plaga se ha enseñoreado con determinados elementos del mobiliario urbano y se ha dedicado, con saña estúpida e inútil, a destrozar, con premeditación y alevosía, cuanto le salía al paso de su noctámbulo recorrido por calles y plazas jerezanas, dejando bien patente, además de su incivilizado comportamiento, su incultura patética.
Ya decimos que estos sucesos que no suelen aparecer en los periódicos y a los que ni radios ni televisiones locales dedican un segundo, son desgraciadamente reiterativos y por lo que parece poco llamativos para que los encargados de la seguridad y el orden se ocupen de erradicarlos, aplicando sanciones ejemplares, y al parecer a los ciudadanos normales solo nos queda pagar el pato de una señal de tráfico destrozada, un contenedor quemado o una papelera arrancada de su soporte y desde luego asumir - vía pago de impuestos - la reposición de lo que los vándalos pisotean con sus incivilizadas pezuñas...
Es este, por desgracia, tema recurrente pero hoy hemos vuelto a ocuparnos del mismo por la acción de estos desalmados, en los dos últimos fines de semana, sobre las señales verticales de tráfico de numerosas calles de la ciudad que han amanecido tronchadas por su base como si su finalidad fuera la de servir de señuelo a la manía destructiva de estos bárbaros de pacotilla.
¿No se podría sorprender a alguno de ellos, en plena faena, y publicar su fotografía y su nombre para escarmiento y ejemplo?
Y dejémonos de monsergas con lo de la protección de menores, que ya habrá alguno que saldrá con ello.

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