miércoles, septiembre 17, 2008

Obispo y Pregonero

En el portal "Religión Digital", en Internet, me he tropezado hace un instante con la triste noticia del fallecimiento, a los noventa y un años de edad, de quién fuera Obispo Vicario de Jerez, como Auxiliar del doctor don José María Bueno Monreal, Cardenal Arzobispo de Sevilla, don José María Cirarda Lachiondo, al que conocí y traté a mi llegada a Jerez como director de Radio Popular a finales de la década de los sesenta del pasado siglo, que de alguna manera el auspició, aunque poco tiempo después de comenzar la emisora sus actividades, el Prelado fuera designado Obispo de Santander.
Mantuvimos sin embargo nuestra relación, ya que siendo él miembro de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, tuve la oportunidad de coincidir durante muchos años en diversas reuniones y encuentros relacionados con el mundo de la comunicación y especialmente con la Radio y naturalmente también en sus diversas visitas a la ciudad que se fueron espaciando conforme sus responsabilidades episcopales y su edad fueron aumentando.
Con Cirarda, que estuviera en Jerez ocho años, tuve siempre una relación cordial y abierta dado su caracter afable curtido en el trato con las personas, desde que fuera ordenado sacerdote en el verano de 1942 y por supuesto como Profesor de Teología Dogmática en el Seminario de Vitoria.
Curiosamente, viniendo de lugares donde el mundo de las Hermandades y Cofradías no tiene la relevancia que sin duda adquiere en Andalucía y singularmente en Sevilla o Jerez, José María Cirarda sería designado en su momento como Pregonero de ambas conmemoraciones pasionales, la de Sevilla y la de Jerez, dictando en las dos ocasiones un mensaje de profunda raigambre cofradiera que mereció el unánime elogio de cuantos pudieron escucharle.
Obispo y Pregonero, pues de la Palabra de Cristo.
Descanse en paz un Obispo amigo con el que tuve la suerte de compartir mi actividad periodística a mi llegada a Jerez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Obispo y Pregonero... del diálogo con ETA.

Andrés L. Cañadas dijo...

Es su opinión, que naturalmente respeto aunque no comparto. Reducir su tarea pastoral, su personalidad y sus años en Jerez - que en definitiva es de lo que yo trataba de hacer referencia - a eso, entiendo que además de poco afortunado es evidentemente injusto.
Pero, ya digo, es su opinión que por supuesto respeto...