jueves, septiembre 11, 2008

El peso de los estudios...

Cuando veo por la calle a esos niños que, camino de su Colegio o de regreso del mismo, llevan a la espalda una mochila, como si en lugar de ir a estudiar caminaran para tomar parte en una reunión campestre, no puedo evitar preguntarme que si acaso transportan sobre su frágil anatomía las pertenencias completas de su propia familia o el conjunto de su ajuar, incluídos los juguetes con los que se entretienen en sus horas de ocio, dado el descomunal volumen de aquella y el esfuerzo con el que se les ve pasar ante quienes con ellos nos cruzamos...
Es esta una moda que, de unos años a esta parte, se ha impuesto, promovida por el afán del niño de llevar a su Colegio todos los libros, cuadernos, apuntes, plumieres, bocadillos, fruta y cuanto entiende necesitará para completar su jornada escolar pero en la que, desde luego, también participa la complacencia de los padres, la inhibición de los profesores y hasta la despreocupación de las autoridades sanitarias que, entre otras obligaciones, deberían velar por este tipo de cosas, en beneficio de la salud de aquellos que, por su edad, representan el futuro.
Y ese futuro, sin duda, por efecto pernicioso de la sobrecarga que, cada día durante el curso, soportan nuestros escolares, con sus abultadas mochilas a la espalda, puede llegarnos con varias generaciones encorvadas por el uso y el abuso de esta moda de transportar los libros y desde luego por un sistema y unas instalaciones educativas, que obligan a llevar y traer, un día sí y otro también, todos los libros de texto a lo peor por no poderlos guardar en el aula, por necesitarlos para trabajar en la casa, por mil y una razones poco explicables y lógicas.
El asunto ha sido denunciado en diversas ocasiones y no hace aún mucho tiempo ha vuelto a salir a la luz pública aunque mucho nos tememos que de poco sirva pués en lugar de disminuir en tamaño, las mochilas que cada inicio de curso se ofertan en los establecimientos del ramo y en las grandes superficies cada vez son mas monstruosamente grandes.
Así que lo tenemos claro...

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