El sabio y popular refranero dice de Septiembre lo que antecede en el título de este post y a propósito del Otoño, por lo que me ha parecido oportuno utilizarlo como "entradilla" del comentario que hoy escribo, apenas minutos después de que el Otoño haya comenzado y precisamente con bastante viento y con fuertes aguaceros a lo largo de la jornada, especialmente a primera hora de la mañana... cosa frecuente por otra parte en este tiempo y en nuestro pueblo.
Otoño, ya sa sabe, con el apreciable acortamiento de los días, los uniformes escolares por nuestras calles, el humo de los puestos de castañas que se convierte en un apresurado pregonero del tiempo desapacible, las hojas de los árboles por los suelos, la rutina de la actividad cotidiana, la aparición de paraguas, gabardinas y abrigos... que nos conducen hacia la estación más fría del año en la que, al menos para los "chucheros" - expresión de nuestro pueblo - queda el consuelo de los "pestiños y alfajores" que cantan las coplas populares.
Claro que Otoño nos traerá, sin duda, otro año más el azul celeste del cielo más hermoso que durante el año podemos disfrutar y que, singularmente en Jerez y Sevilla, adquiere una transparencia y una belleza verdaderamente espectacular que bien merece la pena disfrutarse, como igualmente lo propicia un clima suave alejado de los rigores del invierno - que por aquí tampco lo son tanto - y desde luego de los tórridos veranos que son habituales por nuestras latitudes.
Alrededor de noventa días la tendremos con nosotros, abriendo la puerta a una fiesta - la Navidad - que en Jerez se constituye por derecho propio y gracias a la Asociación de Belenistas, en uno de los referentes culturales y lúdicos de la ciudad, así que bienvenida sea esta nueva Estación del año...
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