Se han puesto de moda practicamente en toda ciudad que se precie, tanto como los denominados "carriles" específicamente destinados para ellas, aunque alguno que otro crea que por la existencia de dicho territorio exclusivo se puede permitir circular por la acera, avasallando a los confiados peatones... pero en fin, esa es otra cuestión de la que un poco más adelante hablaremos.
Me refiero a la proliferación de la Bicicleta municipal de alquiler. De los numerosos Ayuntamientos que han dotado sus ciudades de estacionamientos de bicicletas, modernas y funcionales, a las que uno puede acceder depositando el correspondiente importe o, si lo ha obtenido previamente, pasando su abono por el lugar destinado para el mismo en la máquina que controla el buen funcionamiento del sistema de transporte público, para que el vehículo de dos ruedas quede desbloqueado y pueda ser utilizado sin obstáculo alguno, permitiéndonos ir de un lado a otro, dejar el vehículo y volverlo a tomar después... ¡toda una comodidad!
Y eso, lógicamente, ha impulsado - junto con la llegada del buen tiempo - el uso de las bicicletas en muchas poblaciones españolas que, con ello, se aproximan aún más a costumbres saludables ya de práctica antigua en diversos paises extranjeros, donde es absolutamente normal y frecuente ver a una señora o un señor, metiditos en años, vestidos como para una boda, pedaleando sobre sus "dos" ruedas, para trasladarse de un lugar a otro de la ciudad sin contaminar, haciendo ejercicio y disminuyendo la utilización de los vehículos a motor, sean estos de gas oil o gasolina, con lo disparatado que está el precio del barril de crudo...
Buena costumbre esta y mejor iniciativa del fomento del uso de la bicicleta y de repartir por la geografía urbana estos vehículos ligeros que tanto nos internacionalizan y que, además, son un signo de democratización de nuestra clasista sociedad, aunque como en tantas otras cosas, al tratarse de la práctica nacional española, algunos todavía no se han enterado que esta feliz iniciativa municipal - la de poner al alcance de todos el alquiler de buenas bicicletas y de construir los carriles-bicis - no es compatible con el hecho de circular por las aceras, las calles peatonalizadas y otros lugares donde se pone en riesgo la integridad física de los demás ciudadanos y, especialmente de niños y ancianos.
Es decir, que vehículos municipales de alquiler y carriles para las "bicis", si, que parafraseando el título de la película, "las bicicletas son para el verano" y desde nuestro particular punto de vista para cualquier otra época del año, pero que su uso incorrecto no nos lleve a tener que recordar también aquel otro título cinematográfico de "La muerte de un ciclista"... o de sus posibles víctimas.
Sería ciertamente lamentable...
2 comentarios:
En Sevilla, como sabes, está funcionando muy bien el servicio de alquiler de bicicletas aunque, de un par de semanas hacia acá, se ven muchas menos. El por qué lo encontramos fijándonos en las caras de los ciclistas. Sudando a la gota gorda. Las bicicletas están muy bien, pero en julio, con 42º ahí fuera, pues como que no es muy apetecible. Capitulo aparte, la obsesión del Ayuntamiento que se ha gastado lo indecible en el carril-bici frente a otras necesidades, y la poca educación de los ciclistas que se creen con derecho a todo. He presenciado, en el centro, un par de atropellos a personas mayores. Y pocas son para como van.
Un abrazo fuerte, Andrés.
Desde luego "la caló" de Sevilla es poco compatible con el uso de la bicicleta, pero mucho menos lo es estar dentro de un coche, en los atascos del Puente del Centenario, del Paseo de Colón o de la Avenida de Hytasa - valgan como ejemplo - a las tres de la tarde, cayendo "plomo derretido" sobre la carrocería.
Pero mucho peor, desde luego, los que se creen que por ir sobre una bicicleta pueden circular por donde y como les venga en gana...
Un abrazo y gracias por acceder, una vez más, al Blog...
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