No suelen favorecernos mucho los datos y cuando no es un organismo de ámbito internacional, es otro de nuestro entorno, pero lo cierto es que con respecto a Andalucía, nuestra Comunidad, nuestra tierra, cuanto se divulga no contribuye precisamente a estimular el optimismo y la alegría de los naturales de esta tierra de la que la comunicación institucional no para de ofrecer informes excesivamente inflados de excelencias y parabienes, digo yo que será por compensar la cruda realidad que nos rodea...
Ahora, otra vez, le toca el turno a la educación, materia importante y sensible como pocas, con una clara influencia en el futuro de las generaciones más jóvenes y aunque los datos hechos públicos con relación a la misma se refieren globalmente a España y no en concreto a esta parcela del territorio nacional, lo cierto es que los andaluces no quedamos exentos de la negativa influencia que lo que se acaba de divulgar pueda relacionarse con nuestra Comunidad.
Y es que, según Bruselas, España es el tercer país por la cola en el destino de dinero público para Educación, cumpliendo tan solo dos de las metas fijadas por la Comisión Europea para la mejora de la enseñanza - incremento del número de graduados en Ciencias y Matemáticas y la generalización de la formación contínua - pero imcumpliendo en cuanto al grado de fracaso escolar, el porcentaje de estudiantes que alcanzan un título superior y en el de alumnos que tienen graves dificultades para la lectura, en los que nos encontramos claramente en peor situación que la media europea...
Total que no ganamos para sustos, que los datos estadísticos ponen al descubierto muchas carencias y tristes realidades de nuestra sociedad y que, ciertamente, cada vez que algo fundamental se divulga quedamos como quién fue por leña y quedó trasquilado.
Y que nadie me venga ahora con eso del pesimismo derrotista y otras monsergas habituales del lenguaje de los políticos...
Si no, en esto de la Enseñanza, que le pregunten a los docentes, que se han declarado incapacitados para resolver los conflictos en las Aulas...
¡ Penoso y real como la vida misma!
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