Quien esto escribe, hasta ahora, se había abstenido de pronunciarse sobre la composición, utilidad y funcionamiento del Consejo Audiovisual de Andalucía, una Alta Autoridad independiente según la Ley por la que fuera creada la mencionada Institución, por la necesidad de conceder a la misma un tiempo prudencial más que suficiente para evidenciar el acierto de su puesta en marcha, además de por obvias razones de respeto a compañeros de profesión que lo integran y desde luego para no dar pie a la errónea interpretación de que siendo uno de los nombres que, en su día, se barajaran para formar parte del mismo, la crítica pudiera entenderse como una reacción de enojo por no haber sido incluído finalmente en dicho organismo...
Y aún entendiendo que la formula empleada para conformar el citado Consejo no era la adecuada ni presuponía, en absoluto, la menor garantía de independencia en su actividad y en sus resoluciones, por lo expuesto anteriormente se ha venido absteniendo de manifestar sus ideas sobre un organismo, designado por el Parlamento andaluz, cuya estructura, medios para su funcionamiento y retribuciones de sus componentes suponen una importante partida presupuestaria que, hasta la fecha, no ha tenido traducción eficaz en el mundo audiovisual de nuestra Comunidad y eso, sin entrar en la dimisión, por no poder ejercer con libertad sus funciones, de su primer Presidente o en el enojoso asunto de los gastos de ciertos componentes del CAA en viajes, comidas y otras cuestiones similares.
Ahora ha llegado un nuevo Presidente cuyas primeras manifestaciones indican que el referido Consejo no ha tenido ni tiene incidencia alguna en los medios audiovisuales de nuestra tierra; que no ha sabido generar la necesaria autoridad - entendida como sinónimo de prestigio y credibilidad - en su entorno y que habrá que tratar de alcanzar un imprescindible consenso entre las diversas sensibilidades políticas de la Institución para que los acuerdos sean posibles y todo ello nos lleva a concluir que este Organismo nació viciado, tocado de muerte, el día en que los Partidos representados en nuestra Cámara autonómica decidieron constituirlo en base a una representación proporcional de "Etiquetas" ideológicas, castrando así su futuro y convirtiéndolo en una mala réplica de lo que, desde su creación, viene sucediendo con el Consejo de Administración de la RTVA que solo responde a criterios partidistas y no a lo que pide y piensa la sociedad andaluza en general.
Consejo Audiovisual si, por supuesto, pero integrado además de por la representación de las fuerzas políticas elegidas democráticamente por los andaluces, por la de Entidades Culturales, Colectivos ciudadanos, Asociaciones de vecinos, Sindicatos y cuantas instituciones conforman la realidad de una sociedad viva y plural a la que en nada representa, lamentablemente, el actual Consejo Audiovisual de Andalucía...
Claro que para eso hay que renunciar a la tentación de control, por parte de los poderes públicos, de un signo y de otro y al reparto de parcelas, dentro de la Institución, como acaban de pactar PSOE y PP para resolver la última de las crisis planteadas.
2 comentarios:
No es de recibo que el Consejo Audiovisual de Andalucía dependa directamente de la Consejería de Presidencia. Por su propia naturaleza, el CAA nació viciado y ahí están sus consecuencias. Un puñado de consejeros a 5.000 euros netos al mes que no pegan un palo al agua, más allá de asistir a unos plenos donde se reproducen las posiciones politicas de unos y otros. De haber cuajado tu candidatura, Andrés, habrías terminado como el profesor Vázquez Medel. Sé perfectamente que no comulgas con ruedas de molino, nunca lo has hecho en tu carrera profesional. Mejor así.
Gracias a "El Anteojo" por el buen concepto que tiene de uno, aunque no se si por cinco mil euros del ala al mes...
¡Es broma, naturalmente!.
Gracias otra vez y reiterarme en que organismos sometidos a cuotas políticas, de independientes, nada de nada.
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