Por la Plaza San Juan, en Jerez, desde el viernes pasado suena un cante lastimero, de denuncia y protesta, que también para eso sirve y ha servido siempre nuestro arte mas genuino, el flamenco, por la incomprensible decisión de la Junta de Andalucía y más en concreto de su Consejería de Cultura de suprimir, de un plumazo el denominado Centro Andaluz del Flamenco, muchas de cuyas competencias, aunque esto se ha camuflado de momento, parece que pasarán a la llamada Agencia Andaluza del Flamenco que naturalmente la Capital de la Autonomía tenía que tener entre sus organismos, por esa habitual tendencia de repetir lo que ya existe...
Y uno supone que a este "quejío" lastimero, por la sorpresiva amortización del CAF, realizada en plena celebración de la Feria del Caballo, es decir, con inoportunidad manifiesta y desde luego con nocturnidad y alevosía para los jerezanos, se unirá ahora, con carácter de urgencia y con la rotundidad que el caso requiere, la queja del Ayuntamiento de la Ciudad por esta eliminación inexplicable, cuando el referido Centro había venido desarrollando una labor encomiable en la defensa y difusión del arte flamenco y por supuesto, de forma muy destacada, en la recuperación y conservación de documentación y archivos sonoros del mismo.
Parece lógico que así sea, máxime cuando la Junta y nuestra Corporación Municipal están gobernados por el mismo partido, lo que aumenta aún más la perplejidad que ha causado esta decisión política de la Consejería encargada de los asuntos culturales de nuestra Comunidad, por mucho que la misma pueda obedecer a la reestructuración de dicha Consejería, y especialmente ante la etapa de desarrollo estatutario que se avecina en la actual legislatura en la que como se sabe - ahí está el texto de nuestra "Carta magna" autonómica como argumento - el arte flamenco se constituirá por derecho propio en una de las señas de identidad de los andaluces...
¿Vamos a dejar pues los jerezanos que, así como así y sin justificación lógica, se nos arrebate este Centro dedicado al flamenco...?
Confiemos en que no.
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