Con serlo, que desde luego lo es a pesar de esa gente que la progresía y la modernidad la cifran en entender que todo este tipo de argumentos son tópicos, Jerez y en concreto su Ayuntamiento han emprendido una campaña para tratar de erradicar de una vez por todas las pintadas, los grafittis incontrolados, que aparecen por una esquina y otra, sin respeto a las fachadas, sean estas de edificios nobles o formen parte de trozos de la histórica muralla de nuestra Ciudad, que en suma están convirtiendo las paredes en una impresentable cartelera que nos afea y que merece el rechazo de propios y extraños...
De esto, en anteriores ocasiones, ya nos hemos ocupado, para denunciarlo y tambien para valorar aquella iniciativa, municipal también, que habilitaba muros a quienes mediante la técnica de la pintura callejera, del citado Grafitti, tratan de crear una obra de arte o de manifestar determinadas tendencias u opiniones, sin que por ello supongan un atentado contra la estética de la Ciudad que, en cierto modo y a su estilo, tratan de embellecer.
Pero la situación actual, en la que por cierto la limpieza urbana deja bastante que desear, en un pueblo que siempre y desde antiguo presumió de todo lo contrario, ya que sin respeto y miramiento alguno al entorno, aparecen signos, letreros, composiciones cabalísticas y un extenso catálogo de manchas que están causando un perjuicio notable y evidente a la hermosura de nuestra población, además de dañar, a veces de forma importante, edificios emblemáticos o que forman parte del conjunto monumental jerezano.
Por eso nos parece no solo oportuna sino necesaria la campaña que, en contra de esta plaga, ha emprendido nuestro Ayuntamiento, difundiendo a través de los medios unos mensajes que invitan a dejar de atentar con este proceder contra la estética ciudadana y que condenan la práctica incontrolada de dichos pintores de brocha gorda...
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