No centramos nuestro comentario en ningún asunto concreto, aunque en las informaciones que recogen algunos Medios de Comunicación podemos encontrar, cada día, motivos más que suficientes para completar no ya este sino otros muchos, de parecidas carcaterísticas, sobre dispendios incontrolados y poco justificados por parte de numerosos Ayuntamientos y otra serie de organismos que, a pesar del desajuste de sus cuentas, no paran de poner en marcha iniciativas cuya utilidad para el ciudadano es ciertamente dudosa..., sobre todo si se analizan a la luz de lo que nos cuestan.
Y claro está, cuando se alza la voz de la crítica todo es tratar de justificarlos, desmentir su excesivo costo y magnificar la tarea que vienen realizando en favor del conjunto de ciudadanos al que sirven, aunque uno sospecha que más bien a quienes sirven de verdad es a los políticos que los idean, amparan y sustentan aunque ello represente una rémora para la auteridad de los Presupuestos.
Despilfarro, derroche, son calificativos que bien pueden colocarse junto a estas iniciativas, que sucedieron antes y que ahora también encontramos, a cada paso, en la actividad cotidiana de ciertas Corporaciones que dicen nos representan a todos.
¿De verdad, a todos...?
¡Pues eso es lo que hay!, amigo lector, como suele decir un amigo de quién escribe.
Pero mientras tanto, siguen proliferando este tipo de acciones a las que nadie parece interesado en poner, de una vez por todas, coto...
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