Ciertamente Andalucía y más en concreto las provincias de Sevilla y Cádiz en lo que se refiere a la conservación del medio natural no puede decirse que gocen de muy buena salud si tenemos en cuenta las consecuencias del vertido tóxico ocasionado por la rotura de la balsa de Boliden, en Aznalcóllar, que a través del río Agrio primero y el Guadiamar después ocasionó uno de los desastres ecológicos mas importantes que se recuerdan, del que precisamente se cumplen ahora diez años, y cuyas consecuencias según algunas Organizaciones cuya finalidad es la defensa del Medio Ambiente aún perduran...
Más recientemente, el New Flame, hundido en la Bahía de Algeciras, ha venido a constituirse en otro grave motivo de preocupación no solo por el vertido que afectó a una importante zona de la costa y desde luego al medio marino sino por cuanto nadie, hasta la fecha, ha explicado con claridad que tipo de chatarra se encuentra depositada en las bodegas de dicho buque, es decir, en el fondo del mar, lo que ha motivado que un Pleno del Parlamento Europeo haya tenido que ocuparse a fondo de la cuestión, después de la postura algo titubeante de nuestras autoridades autonómicas que, finalmente, se decidieron por denunciar al Gobierno de Gibraltar por su actuación en este naufragio.
Y precisamente la citada Cámara ha adoptado, por amplia mayoría, el acuerdo de ordenar al referido gobierno gibraltareño la inmediata retirada del barco siniestrado y la aplicación de medidas que contribuyan a paliar posibles daños que vengan a sumarse a los que ya se ocasionaron, aunque mucho nos tememos - dada la actitud del Ministro Principal de la Roca - que de poco sirva el acuerdo parlamentario europeo.
Total, que buenas palabras pero pocas soluciones...
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