Entran de manera ilegal y aquí, en centros dependendientes de la Junta de Andalucía y costeados por esta, se nos quedan sin que Marruecos, su país de origen, haya hecho nada hasta el momento para que las autoridades españolas y más en concreto las de nuestra Comunidad autónoma puedan llevar a cabo su repatriación... a pesar de las reuniones de alto nivel, de las buenas palabras y de los frecuentas conflictos registrados en los Centros de acogida de estos menores que causan alarma justificada entre los ciudadanos de aquellas poblaciones donde los mismos están enclavados...
Pero por una u otra razón, desde hace ya cinco años de aquí no se va nadie y la Consejería de Igualdad y Asuntos Sociales, de la Junta andaluza, afrontando un gasto que se eleva a mas de setenta mil euros diarios por este concepto y una cifra muy cercana al millar de niños, de origen marroquí, repartidos por los diversos centros distribuídos por toda la geografía de nuestra tierra sin que hasta el momento se haya encontrado la vía para evitar que esos menores alcancen entre nosotros la mayoría de edad.
El problema naturalmente no es solo nuestro como tampoco lo es la búsqueda de posibles vías que pongan fín al mismo, pero lo cierto es que, a pesar de la aparente buena disposición de una de las partes, los andaluces y las instituciones que nos representan nos lo tragamos íntegramente y con impotencia tenemos que contemplar como pasa el tiempo, que ya se mide por años, sin que finalmente sea posible devolver con sus familias a cientos de menores que han entrado en nuestro territorio de manera ilegal y eso después, lamentablemente, de poner en riesgo sus vidas para alcanzar este paraiso de prosperidad...
Esperemos que con el reciente acuerdo de cooperación en materia de repatriación de menores, firmado recientemente en la capital del Reino Alauita, se haya encontrado por fín la solución de este conflicto que se demora ya demasiado tiempo.
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