Fué una de las sorpresas de tu Pregón de la Semana Santa de este mismo año, cuando desde el escenario del Teatro Villamarta se alzó tu voz cálida y armoniosa, para ofrendar una sentida Plegaria a la Virgen de la Merced, Patrona de nuestro pueblo...
Fué, Jesús, como digo, una de las sorpresas de la mañana del llamado Domingo de Pasión, en la que como en tus exequias ha proclamado nuestro Obispo, entregaste a la ciudad, a sus Hermandades y Cofradías, a todos los cofrades; yo diría que a todos los jerezanos sin distinción; tu auténtico Testamento espiritual, de fraile mercedario comprometido con los más necesitados, siempre afable y acogedor, sencillo y entusiasta en todo cuanto tuviera que ver con él fomento de la devoción a la Señora, de la que tan enamorado te proclamabas siempre...
Y otra, sin duda, tu sorpresiva muerte que aunque todos temíamos, desde hace mucho tiempo, por tu salud nos ha dejado verdaderamente sobrecogidos por la rapidez con que finalmente te has marchado buscando el lugar que tenías reservado en el Coro celestial.
Pero así son las cosas y así tenemos que aceptar la voluntad divina quienes nos proclamamos creyentes y quienes, como tu, ponemos nuestra vida efímera en las manos del Padre, aunque en el fondo del alma nos quede el vacío que tu ausencia nos produce confortada desde luego por el recuerdo del panadero manchego que se hizo fraile y que un buen día se vino a Jerez para enseñarnos a todos lo que es la entrega a los demás hasta el límite.
Goza Jesús de la gloria de los justos y acuérdate de los que has dejado aquí junto a tu "Morena"...
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