Seguramente para que nos enteremos de lo que vale un euro, preocupación reciente del ministro de Economía, el comienzo del nuevo año nos ha traído una subida cuasi generalizada de precios y, especialmente, de aquellos servicios o materias primas que más afectan al sufrido ciudadano consumidor, tales como el gas, la luz, o el pan además de un largo etcétera cuya enumeración pone los pelos de punta a cualquiera...
Y así, como para encarar con verdadero entusiasmo el año 2008 que acabamos de estrenar y prodigarle los mejores augurios y vaticinios, esos que con tanta ligereza intercambiamos con cuantos se cruzan con nosotros por la calle, en un tópico ejercicio de cortesía que es santo y seña de unas fiestas cada vez más ruidosas, mas consumistas y menos auténticas, por desgracia.
Pero lo importante, la esencia de este primer post del año recien estrenado, no es otra cosa que el incremento de precios que han experimentado tantas cosas - y que mucho nos tememos no se detendrá ahí - que condiciona la vida de la inmensa mayoría de los españoles, que unida al efecto del euro sobre nuestra precaria economía, aumenta las dificultades que muchas familias tienen para poder llegar a fín de mes con cierto desahogo, digan lo que digan las estadísticas y las grandes cifras de la macro economía, cosa que al parecer no acaban de entender - o no quieren - los políticos, alejados de la realidad cotidiana.
Así que de bienvenido 2008, nada de nada, pués a la repercusión inmediata de las subidas de precios para poder cubrir con un salario medio las necesidades para subsistir de una familia media, habrá que temer se añada, inmediatamente, el efecto inflacionario que esta espiral originará sin duda.
¡Ya ve usted, señor ministro, si sabemos lo que vale un euro...!
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