Recientemente un estudio, de carácter antropológico, realizado por un grupo de Hospitales universitarios de nuestro país ha venido a dejar patente que los españoles, en las últimas dos décadas, hemos crecido de forma apreciable, llegando a igualar en esto de la talla corporal a la mayoría de los europeos, lo cual puede ser un síntoma de la mejora de nuestra calidad de vida.
Se acabó parece, por tanto, el españolito "retaquete" y morenazo, ya que ahora, según los expertos estudiosos igualamos a los europeos, al menos en lo que a estatura se refiere, ya que los varones la hemos incrementado, en los últimos veinte años, alrededor de tres centímetros y medio, mientras que las féminas lo han hecho - ¡vaya poderío! - en algo más de cuatro centímetros, que no está nada mal para las mozas...
Claro que como no todo puede ser dicha, lo que hemos ganado en estatura lo hemos incrementado también en peso, ya que el referido estudio denuncia claramente la tendencia al sobrepeso y la obesidad de los españoles, lo que plantea un nuevo problema que harán bien en estudiar y tratar de atajar las autoridades sanitarias, y especialmente los pediatras, puesto que, de lo contrario, el futuro español puede ser lo más parecido a una réplica de las esculturas de Botero.
Y aunque dice la propaganda "que la arruga es bella", lo cierto es que en el término medio parece radicar la virtud y por eso sería aconsejable que nuestros hijos y nietos no se atiborraran de "chetos", "gusanitos", fritos y grasas para que en el futuro el incremento de la altura de las generaciones más jóvenes no estuviera acompañado de una gordura artificial y peligrosa...
Es decir, más deporte, vida y alimentación sana y menos atracones de productos nocivos para la salud.
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