La decisión del Jurado de los premios "Príncipe de Asturias" de otorgar el de la Concordia a "Manos Unidas", al cumplirse cincuenta años desde su fundación, ciertamente que es además de una feliz iniciativa, motivo de profunda satisfacción para cuantas personas apoyan a esta organización no gubernamental vinculada a la Iglesia católica cuya cúpula Episcopal ha sido la encargada de presentar su candidatura a dicho galardón...
Y es que Manos Unidas,Institución de la que ya nos hemos ocupado en anterior ocasión, desde aquella ya lejana Campaña contra el Hambre que sería su punto de partida, antes incluso de constituirse como tal al amparo de la Iglesia, ha venido desarrollando una encomiable tarea para promover el desarrollo de aquellas personas y zonas mas desfavorecidas, en diversas partes del mundo y singularmente lo ha hecho a través de programas concretos que han llevado el agua, la energía o la vivienda donde no las había, creado cultivos en terrenos hasta entonces improductivos, facilitando la educación a miles de niños que carecían de ella y, en definitiva, sembrando el entendimiento entre los seres humanos, precisamente a través del ejercicio continuado de la solidaridad.
Su lucha contra la injusticia se ha concretado, en sus cincuenta años de existencia, en la financiación de mas de veinticinco mil proyectos repartidos por Africa, América, Oceanía o Asia, totalizando mas de sesenta paises los que han recibido, de una forma o de otra, la eficaz ayuda de esta Fundación española que ahora es reconocida con un premio tan importante como el Príncipe de Asturias, dotado con cincuenta mil euros cuyo importe, precisamente, se destinará a sufragar otra iniciativa, en este caso en Haití, donde las secuelas del terrible terremoto que asoló la isla siguen afectando gravemente a su población...
Un justo reconocimiento por tanto, este de Manos Unidas, a una ejemplar labor en favor de los más necesitados de ayuda y comprensión.
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