Llegó septiembre y con su primer día, las renovadas intenciones para hacerlo bien, para procurar ser mejor, en la vida personal, en el quehacer profesional, en las relaciones con nuestro entorno, la cotidiana lucha contra la pereza que nos ha dejado el disfrute de las vacaciones - lo que los modernos llaman síndrome post vacacional - y la mirada proyectada en la distancia en el horizonte de la Navidad y el fin de año...
Vamos, como siempre e igual que cada primero de curso, en el comienzo de una nueva hoja del almanaque, a la vuelta de diciembre, o en cada ocasión en que las circunstancias nos enfrentan con algo nuevo o renovado, aunque después el paso rutinario de días, semanas y meses nos haga olvidarnos de tanto proyecto, de tanto propósito.
Pero se acabó agosto y con él, salvo para unos pocos, las vacaciones veraniegas - sol, playa, arena, chiringuito, tortilla y siesta - y debemos regresar a la cotidiana actividad de cada cual, a los horarios, al puesto de trabajo - ¡afortunados en esta España los que lo disfruten! - a las noticias de algo que nos cuentan se va a hacer, que los medios difundirán muchas veces, para que nos enteremos bien - cuando se anuncia, en la controversia de las fuerzas políticas, cuando se afirma que se colocará la primera piedra, cuando se inaugura lo que sea y cuando nos venden con anuncios incluídos en los propios Medios las excelencias de la cosa -
Pero así son las cosas y tampoco nosotros las vamos a cambiar ahora, ya que lo mejor es alegrarse de la llegada de este caluroso septiembre en el que uno tiene la fortuna de reencontrarse con tantos amigos a través de la página electrónica del Blog.
Y como no faltan temas, mejor para animar el cotarro que vamos ya de cara a las elecciones...
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