Un innovador, como ahora se les llama, un creativo , como seguramente le calificarán los cientos de memos que tenemos repartidos por esta vieja piel de toro, un artista, como inmerecidamente se denomina a estos tipos que con la transgresión por sistema intentan captar la atención del respetable y, naturalmente, llenarse con buenos duros - ahora euros - su bolsa, no ha tenido mejor ocurrencia que masacrar impúdicamente a cientos de grillos, clavados en la pared, para mostrar, en Cáceres, su sentido artístico...
Y menos mal que en esta sangrienta muestra de crueldad, finalmente se ha impuesto la cordura y la máxima autoridad de la Junta extremeña ha entendido que dicha exposición debería ser clausurada, después de que agentes del Seprona e Inspectores de la citada Junta autonómica acudieran a dicha muestra, comprobando que alrededor de cuatrocientos grillos habían muerto, clavados en la pared.
Pero esto, para algunos, no es crueldad ni maltrato animal. Para eso, mejor fijarse en las corridas de toros y pedir la abolición de la fiesta aunque, claro está, sin tocar la suelta de bous, tan tradicional y tan festiva, tan autóctona, en el levante español, incluida Cataluña; campaña promovida por cierto por un argentino...
Y es que para hipocresía, nos las pintamos solos y en esa actitud, tan hispana, en situaciones como esta que nos ocupa se dicen y se escuchan cada cosa que desde luego produce verdadero sonrojo.
Pero lo cierto es que a la población de grillos le han aplicado una artística reducción en tierras cacereñas, sin que a nadie se le caiga la cara de verguenza...
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