¿Que celebra el millón de parados?

El día de Andalucía, tras treinta años desde que se iniciara el camino de nuestra Autonomía plena, tras el garrafal error político cometido por el Gobierno de UCD que con su esperpéntica pregunta para el referedum convocado al efecto lo único que consiguió fué agraviar al pueblo andaluz y provocar su entusiasta adhesión al proceso autonómico que entonces comenzaba a implantarse en España, se ha promocionado como una oportunidad para la feliz celebración de todos los andaluces, pero ante la cruda realidad de nuestra tierra, en algunos aspectos, creo que cabe preguntarse, por ejemplo, ¿que celebra el millón de parados de esta festiva Comunidad autonómica?

Y es que ser la región europea con mayor tasa de paro, que ronda un treinta por ciento de su población activa y que en cifras redondas supone alrededor de un millón doscientos mil desempleados, parece que ni es motivo para la algarabía, ni para festejo alguno, a pesar de que desde las instancias públicas y los medios de comunicación controlados por aquellas, se trate de articular un falaz discurso que ignora sistemáticamente la cruda realidad que padecemos.

Por eso no puede extrañar que en la mayoría de las encuestas publicadas en este trigésimo aniversario de la Comunidad, recurrentemente el conjunto de la población andaluza manifieste que su mayor problema es, precisamente, el del paro, lo cual es un claro exponente de que a pesar del tiempo transcurrido desde el inicio de la década de los ochenta, del pasado siglo, persisten aún graves desequilibrios estructurales en nuestro tejido económico empresarial que la autonomía no ha podido o sabido superar.

Y es evidente que, en algunas cosas, se ha avanzado bastante desde entonces, pero en otras no acabamos de lograr la convergencia con las regiones más prósperas de Europa y tal vez la causa habría que buscarla en la acción de nuestros políticos, sobre los que los andaluces también se acaban de manifestar en las referidas encuestas, indicando categóricamente que son - en este momento - su segunda preocupación. Vamos, para ser más claros, su segundo problema...