Acabamos de celebrar, un año más, el llamado Día Internacional de la mujer, promovido por las Naciones Unidas y aunque uno piensa que la igualdad de hombres y mujeres debería buscarse por otros medios, no cabe duda que estas campañas, por lo que de mentalización tienen para el conjunto de la sociedad, son desde luego oportunas por la finalidad que persiguen.
Claro que la igualdad entre ambos sexos, la equiparación salarial de hembras y varones, la efectiva promoción de la mujer en la sociedad y su acceso efectivo a los puestos de responsabilidad en la política, la educación, o la empresa deberían inculcarse desde la más temprana edad; es decir, en la escuela para que el derecho de la mujer a ser considerada como el hombre y no - como ha ocurrido por desgracia hasta ahora - como ser inferior fuera una auténtica realidad y no hubiera que inventar acciones especiales para alcanzar dicho objetivo.
Pero en todo caso, como ya queda dicho, no es malo que este asunto se haga presente en nuestra sociedad con dedicaciones como la de hoy que, sin duda, ayudan a sensibilizar a buena parte de los ciudadanos sobre una realidad con la que nos tropezamos, se quiera o no, cada día y por cuya solución son muchos, afortunademente, los que luchan.
Pues que sigan en ello, hasta hacerlo innecesario, que será la mejor prueba de que el fin perseguido se ha logrado.
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