Esto de los "cómicos" españoles no tiene remedio y es que confundir el arte con la política a la postre, además de dejarles en evidencia ante el conjunto de los ciudadanos normales, demuestra claramente que tal vez su talento interpretativo solo les sirve para articular discursos ideológicos que naturalmente se alinean con lo que ellos mismos entienden como progresista...
Les pasó con la campaña del "No a la guerra", lema que les vale cuando en el conflicto está involucrada la derecha, pero naturalmente lo ignoran cuando se trata de una acción militar protagonizada por la izquierda y les vuelve a ocurrir ahora cuando en la dictadura cubana se deja morir de hambre a un disidente político al que, para mas inri, uno de estos "caricatos" - dicho sea con todo respeto para quienes interpretan papeles bufos por exigencia de su trabajo artístico - no tiene mejor ocurrencia que llamarle delincuente.
Y es que la obcecación ideológica, en el noble ejercicio de la política, suele traer estas lamentables consecuencias que se acentuan, mucho más, cuando todos los de la misma cuerda tratan de justificar lo injustificable y, por si poco fuera, miran para otro lado, tratando de disimular, por si acaso cuela.
Total, que el tal Toledo que ha clamado contra Orlando Zapata, que falleció después de mantenerse en huelga de hambre ochenta y cinco días, ha creido que debía justificar al régimen de Fidel Castro, que nació de un golpe militar - al que han llamado revolución - y para eso incluso ha ignorado que la propia Amnistía Internacional ha considerado al disidente cubano un preso político.
Eso es "arte" y lo demás, cuento...
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