Expertos en el clima...

Desde semanas antes, es más habría que decir que con meses de antelación, quienes se consideran y llaman cofrades dedican no pocas horas a comentar sobre la climatología durante los días de la Semana Santa, estableciendo pronósticos, que más que tales habría que denominar esperanzas, ya que sobre todo el anhelo consiste en que durante dicha semana y en concreto el día en que saldrá su Cofradía no haga acto de presencia la tan temida lluvia, que impida realizar la llamada estación de penitencia...

Es algo habitual, por nuestras latitudes y naturalmente estos expertos en el clima incrementan su número de forma considerable en años como el que vivimos en que la lluvia ha estado presente en nuestras vidas, con muy escasas excepciones, prácticamente desde mediados del pasado mes de noviembre.

Así no es nada extraño, es más hay que decir que se convierte en algo habitual, oir a muchas personas, nada preparadas para ello, hablar de isobaras, borrascas, anticiclones, vientos y presión barométrica cuando se aproxima la Semana Santa y aunque es de reconocer que a ello han contribuído los medios de comunicación, con sus habituales informaciones sobre la meteorología y singularmente la Televisión con sus hombres y mujeres del tiempo y con su cada vez más cuidada presentación de estos espacios, no deja de sorprender que chicos y mayores se muestren tan enterados de estos asuntos...

Claro que finalmente todo parece reducirse a un deseo unánime: que las jornadas de la Semana Santa se libren de la lluvia, como igualmente ocurre cuando llega la feria o acontecimientos multitudinarios como la Romería del Rocío aunque en estos casos, ni mucho menos, la preocupación alcanza el límite de la que afecta, como ya he apuntado al principio, a quienes se consideran o llaman cofrades, ya que siempre quedarán como refugio las Casetas y que se sepa nunca la presencia de la lluvia ha impedido la procesión por la aldea de la Blanca Paloma.

Y es que la lluvia en esos días, aparte impedir la salida de las Hermandades a la calle, moja muchas ilusiones de niños y mayores y causa un evidente perjuicio a tantas personas como durante la Semana Santa encuentran una buena oportunidad para ganarse la vida, de mil maneras distintas...