Jerez, más flamenco que nunca.

Llega, un año más, el llamado Festival de Jerez que durante una quincena convertirá a nuestra ciudad en la capital del flamenco y que junto a la Bienal de Sevilla se constituye por derecho propio, además de en un referente indiscutible, en una de las manifestaciones mas importantes dedicadas a nuestro arte más genuino sobre el cual, en apenas tres años, nuestra población basará su proyectado "Año Mundial del Flamenco", iniciativa municipal que ha recibido desde todas las instancias públicas un decidido apoyo y que bien podría coincidir con la inauguración de la soñada "Ciudad del Flamenco", proyecto en el que estamos empeñados y que podría marcar, en buena medida, el futuro turístico jerezano...

Cante, baile y toque en teatros - Villamarta y la Compañía -, Peñas, Bodegas y Palacios, con grandes maestros y jóvenes promesas, con espectáculos cuyo argumento principal es nuestro arte representativo, con propuestas que buscan nuevos caminos; en definitiva, quince días en los que por el cielo de Jerez resonará el compás de la tierra y a cuyo encuentro, como ya ha ocurrido en anteriores ediciones - trece años contemplan la iniciativa - acudirán miles de aficionados de numerosos puntos del Planeta que son sin duda el mejor aval para que, de una vez por todas, la UNESCO proclame al Flamenco Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, solicitud en cuyo apoyo la Junta de Andalucía, a través de su Consejería de Cultura, acaba de poner en marcha la campaña denominada "Flamenco soy".

Cada ciudad, para asentar su fama en el mundo, para abrir cauces que posibiliten un desarrollo de su cultura y al mismo tiempo que sean capaces de generar riqueza para su población; en definitiva para proyectar su imágen fuera de sus propias frontera, debe poner el acento en sus singularidades, en aquello que, de alguna manera, la diferencia de las demás y que duda cabe que a Jerez el arte flamenco la distingue de manera singular, por lo que para resaltarlo iniciativas como el Festival que ahora comienza son ciertamente oportunas.

Es esta, evidentemente, una buena demostración de que esa condición de "cuna del flamenco", con el que tantas veces nos denominan y nos autodenominamos, se corresponde con la realidad.