martes, febrero 09, 2010

"...es una pura maravilla".

Y no solo en Sevilla, como se afirmaba en la célebre obra teatral, sino que en toda Andalucía, esta lluvia pertinaz que nos acompaña desde el pasado noviembre y especialmente desde que el nuevo año se ha instalado en el almanaque, el agua caída y recogida en los embalses ha sido y está siendo una auténtica maravilla que ha permitido que nuestros pantanos, según datos facilitados por la Agencia Andaluza del Agua, se encuentren actualmente por encima del ochenta por ciento de su capacidad, vamos un auténtico regalo que no se conocía hace alrededor de diez años...
Y como el agua, además de un bien escaso es elemento imprescindible para la vida, para la salud, para la economía y un largo etcétera, no podemos por menos que dar por bien empleadas las molestias que acarrea, en la actividad cotidiana, cuando jarrea sobre las ciudades y sus habitantes, especialmente, pues la consecuencia directa de dichos aguaceros no es otra que la de poner los pantanos a tope, lo cual es naturalmente de agradecer.
Lástima que, como ya hemos comentado anteriormente, solo el Guadalquivir haya vertido nada más y nada menos que dos mil hectómetros cúbicos lo cual es un verdadero despilfarro de los recursos hídricos que, en alguna medida, se podría haber evitado o en el futuro evitarse si se acometieran determinadas obras hidráulicas, pero claro, ya se sabe que eso de hacer pantanos no es como una cosa que en estos tiempos esté bien vista.
¿Será por algo relacionado con la memoria?

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