lunes, febrero 23, 2009

Una dimisión inevitable.

La anunciada dimisión del hasta ahora Ministro de Justicia no ha hecho sino evidenciar que en una Democracia, que con legítmo derecho por cierto aspira a participar en foros de decisión como el G-20, cuando algún responsable político comete un error la única salida que tiene es la de marcharse a su casa y aunque esta no es una práctica muy generalizada, por desgracia, entre nosotros, lo cierto es que en el caso que nos ocupa y tras conocerse el malestar causado por la actividad cinegética del señor Bermejo en las filas del propio partido socialista, no quedaba más remedio que presentar la renuncia para evitar que el escándalo provocado terminara salpicando a todo el Ejecutivo y naturalmente a su Presidente...
Es decir, una dimisión inevitable que se ha demorado algo más de lo necesario y que finalmente se ha materializado precisamente el día en que se cumple aniversario de un burdo intento de acabar con el régimen de libertades de que nos dotamos los españoles, tras la muerte de Franco, que quedaría abortado tras la decisiva intervención del propio Monarca, en una noche ciertamente larga, tensa y en diversos momentos muy inquietante para las aspiraciones de progreso, paz, justicia y libertad que manifestaba el pueblo español.
Por eso, después de aquel día y de la dilatada y fecunda trayectoria de nuestra democracia, basada en la Constitución de que fuimos capaces de dotarnos, hechos como el de la ya célebre cacería del Ministro Bermejo, con la chapuza incluida de carecer de la obligada licencia, y de sus acompañantes - el juez Garzón entre ellos - parece claro y lógico que no cabía otra salida que la de la dimisión de los actores de semejante montería y en primer lugar, del responsable del Departamento de Justicia, encargado de velar precisamente por el cumplimiento de las leyes...
Ese debe ser, sin duda, el comportamiento habitual en nuestra Democracia, como lo suele ser en todas las que se precian y donde hechos como el aquí acaecido acaban siempre con la renuncia al puesto que se ostenta.

2 comentarios:

Jorge Cañadas dijo...

Ojalá cunda el ejemplo, aunque lo dudo.

Está por ver si el Magistrado Sr. Garzón se da por aludido y cambia de aires. A la Justicia le vendría estupendamente.

Andrés L. Cañadas dijo...

Me alegra tu "entrada" en el Blog, del que me consta eres habitual. En cuanto a tu deseo de que cunda el ejemplo, naturalmente lo comparto y no desespero de que algún día España se normalice en este aspecto, al igual que otras Democracias occidentales.
Lo del Magistrado señor Garzón ya me ofrece más dudas...pero al igual que tu, espero que se de por aludido y decida cambiar de aires.
Un abrazo fuerte para MJ y para tí.