Hoy, según se comenta en diversos medios informativos, la organización Manos Unidas celebra el llamado "Día mundial contra el trabajo infantil", con la intención de llamar, una vez más, la atención sobre este gravísimo problema y, al mismo tiempo, para tratar de promover determinadas acciones que tenga por finalidad ayudar a resolver, siquiera en pequeña medida, esta lacra mundial...
Según esta ONG, unos doscientos quince millones de niños tienen que trabajar, para poder sobrevivir, y alrededor de ciento veinte millones lo hacen en las condiciones más precarias, carentes de sus derechos más elementales, con serio riesgo para su salud, privados de la educación y de todo aquello que pueda contribuir a su crecimiento armónico, problema que en lugar de disminuir - según los últimos datos conocidos - se ha incrementado aproximadamente un veinte por ciento en este lustro que ahora estamos culminando.
Este problema de la explotación infantil que afecta especialmente a los paises en vías de desarrollo se proyecta sin embargo a aquellos que se pueden considerar industrializados, ya que la sociedad en su conjunto parece no querer enterarse de la existencia de dicha lacra, mientras consume y disfruta por ejemplo productos fabricados por esos menores de edad y se inhibe de la misma, lo que sin duda es una de las causas de que en lugar de disminuir se incremente y de que niños y niñas sean obligados a realizar un trabajo cuya mínima retribución económica se les quita después, deban llevar a cabo tareas extremadamente peligrosas, se utilicen como traficantes de droga, vivan en condiciones de auténtica esclavitud o se les obligue a prostituirse...
Por eso, como una llamada a las conciencias, bienvenida sea esta celebración del llamado "Día mundial contra el trabajo infantil", aunque mucho nos tememos que concluída la jornada, todo siga más o menos igual que hasta ahora... o peor.
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