lunes, marzo 16, 2009

Vivo en el recuerdo.

Se cumplen hoy cinco años del fallecimiento del que fuera Primer Obispo de Jerez, don Rafael Bellido Caro y como en los precedentes la Asociación que lleva su nombre y cuya finalidad es la de entregar el pan diariamente y de forma gratuita a diez Instituciones, Comunidades y ONGs que atienden a los más necesitados en nuestra ciudad, ha celebrado un funeral en su memoria en el Santuario de San Juan Grande, en cuya elevación a los Altares tanto se entregó el prelado que, además, lo nombraría Patrono de la nueva Diócesis con la aquiescencia naturalmente de la Santa Sede...
Cinco años y en la memoria colectiva sigue muy vivo el recuerdo de quién en vida se entregaría, hasta la extenuación, por la parcela de la Iglesia que le había sido confiada por el Papa, por todos sus diocesanos, especialmente por los más jóvenes y con una predilección evidente por los mas necesitados y humildes, una de las características vitales de este Obispo que lo sería, durante un largo y fecundo episcopado, "a su manera", como ya lo anunció públicamente el día de su Consagración en Santa María de su natal Arcos.
Se nos fué hace ya un lustro, pero no solo su figura se ha ido agigantando entre los que tuvimos la fortuna de conocerle y tratarle sino que la ingente tarea llevada a cabo para articular una Diócesis cada día queda más patente incluso entre muchos que, en algún momento, le negarían el pan y la sal de una obra que sin duda juzgará la historia que es la que suele poner a cada cual en su sitio...
Y es que Rafael Bellido Caro, nuestro primer Obispo diocesano, está muy vivo en el recuerdo que es tanto como estarlo en el corazón...
Que su luz nos siga iluminando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

descansa en paz d.rafael.usted deberia estar en la catedral y no en el cementerio.el nuevo obispo tendra la ultima palabra.

Andrés L. Cañadas dijo...

Don Rafael está enterrado en el Cementerio de N.S. de la Merced, amable comunicante, por propia voluntad. Así lo pidió, cuando falleció doña Juana, su madre, y depositando sus restos "junto a ella y enmedio del pueblo de Jerez", como el quería,se respetó su última voluntad.