Y no hablo, naturalmente, del cupón de la ONCE que tantas veces y tanta personas han denominado de esta manera. Lo hago o trato de hacer de la mujer, con motivo de su Jornada internacional que mañana celebraremos y que hoy mismo - al menos desde el ámbito oficial - se ha festejado en numerosas ciudades de nuestro país para resaltar el papel que desempeña en la sociedad, el lugar que le corresponde y los obstáculos que todavía sigue encontrando, en la vida laboral, familiar y social como consecuencia de la educación ciertamente machista que todos hemos recibido...
Hablo de que no puede existir, ni es tolerable que se permita, un papel inferior para la mujer por el simple hecho de su sexo, como tampoco debe admitirse discriminación alguna por ideologías, creencias, situación social o cualquier otra causa semejante, todo lo cual - es bien sabido - se ha acentuado cuando se trataba de considerar, emplear, confiar una responsabilidad, otorgar el papel que por sus méritos y capacidades le correspondía en legitimidad y justicia, lo que no siempre ha tenido un deselance feliz para quienes ostentan la condición femenina.
Por eso, aunque algo se ha avanzado - más en el campo de la legislación que en la práctica real - es bueno que una Jornada como la de mañana nos recuerde este problema, lo vuelva a poner ante los focos de la opinión pública y sirva para señalar todas las limitaciones y carencias que aún persisten en la sociedad que nos ha tocado vivir.
La mujer en primer plano, en igualdad con el varón y una educación - desde la cuna y en la escuela; en la casa y en la calle - que le otorgue el lugar y el papel que verdaderamente le corresponde...
Por eso he titulado este post con la palabra IGUALES.
No hay comentarios:
Publicar un comentario