Como en otras tantas cuestiones relacionadas con la enseñanza, con la proyectada asignatura de Educación para la Ciudadanía, que en el próximo curso escolar comenzará a impartirse, ha vuelto a suscitarse la confrontación entre el actual Gobierno del PSOE y sus socios parlamentarios y la Iglesia Católica, especialmente por parte de algunos significados representantes de dicha confesión religiosa que vienen manteniendo un duro enfrentamiento con la política gubernamental, a propósito de la referida materia, llegando incluso a solicitar la objeción de los padres ante lo que consideran un atentado a los principios que sustentan la doctrina que los católicos profesan...
Claro que, para mayor embrollo, existen altos dignatarios de la mencionada confesión religiosa cuyo discurso es mucho más moderado y cuya postura parece más abierta a buscar soluciones mediante el diálogo o, en caso de ser necesario, acudiendo a la justicia en la defensa de lo que consideran derechos amparados por la Constitución pero eludiendo en todo caso una confrontación que a nadie beneficia, que genera crispación y sobre todo que amplios sectores de la sociedad española no acaban de entender y mucho menos de asumir.
Evidentemente el Estado, por mucho que se diga y justifique, no puede invadir, en el ámbito de la educación aspectos que entrar de lleno en la moral y en los principios que sustentan la religión, católica en este caso pero igualmente habría que decir si se tratara de cualquier otra confesión, pero de eso a pretender que no pueda legislar en cuanto se refiere a la educación media un abismo que además se agiganta si tenemos en cuenta que esta nueva asignatura viene avalada por la propia Unión Europea de la que, según las últimas encuestas, tan satisfechos nos sentimos los españoles.
Posiblemente toda esta polémica, este conflicto entre Gobierno e Iglesia Católica, se podría haber evitado si, por parte de los responsables del Ministerio de Educación se hubiera sido más respetuoso y menos sectario a la hora de determinar los contenidos de la referida asignatura de Educación para la Ciudadanía - algunos de los cuales entrar de lleno en los conceptos morales y en los principios que la Iglesia defiende - y, por parte de esta y algunos de sus más altos representantes, no se hubiera planteado la cuestión como un pulso a los políticos, con división de opiniones entre Obispos, la FERE, y otras organizaciones y con invitación a objetar la mencionada materia.
Y es que a todo esto, a los padres ¿les ha preguntado alguien que opinan de esta cuestión?
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