A pesar de la venta del asunto por parte de la Junta de Andalucía y del Comité de Empresa de la factoría, finalmente, a pesar de tanto eslogan, de tanta manifestación y tanto corte de carretera, Delphi - ese que se decía, "no se cierra" - tristemente ha cerrado sus puertas. Mejor, las cerrará definitivamente el 31 de julio, cuando queden extinguidos los contratos de todos sus trabajadores y la empresa simplemente cumpla con la indemnización establecida por Ley y entregue sus ¿activos? a la Administración autonómica para que esta los ponga en mano de las empresas que se comprometan con el futuro de la actividad industrial en una zona tan deprimida y castigada como la Bahía de Cádiz...
Pero Delphi, que es de lo que trataba, esa empresa favorecida por - todavía creo que no se ha cuantificado la ayuda - no pocas subvenciones de carácter oficial, a la hora de su establecimiento en Puerto Real y posteriormente para seguir funcionando, da el cerrojazo y deja en la calle a infinidad de trabajadores dependientes directamente de dicha industria y todavía a muchos más vinculados indirectamente con la misma, a pesar de todas las buenas palabras que sobre este asunto se lanzaron a los cuatro vientos durante la pasada campaña electoral.
Y no debe estar muy clara la definitiva solución del problema cuando alguien, tan poco dudoso como el Ministro de Industria del Gobierno español, acaba de manifestar su preocupación por el futuro de Delphi - o lo que de ella quede - y sus trabajadores, lo que es tanto como poner en tela de juicio la solución pactada en la mesa de negociaciones.
Si para colmo, por parte de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, de la Junta de Andalucía, se pospone un diseño industrial para la zona de la Bahía de Cádiz al mes de septiembre, mucho nos tememos que las palabras del señor Clos puedan resultar premonitorias del negro panorama que se avecina.
Pero por cuantos trabajadores y familias se han visto afectados por este nuevo problema laboral de la bahía gaditana, que nunca acaba de despegar desgraciadamente, esperemos que todo lo anterior solo se quede en agoreros presagios carentes de sentido. Eso, al menos, es lo que de corazón deseamos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario