Creíamos haberlo visto y vivido todo, en la hermosa playa del Palmar, entre Conil y Vejer, pero lo que sucede con el tráfico en dicho lugar, especialmente los sábados y domingos, bien merece un comentario o una apostilla a lo dicho en este Blog el pasado viernes acerca de la situación de este trozo de la costa gaditana...
Ciertamente que, en torno a lo comentado con respecto a la limpieza de dicha playa, debo añadir hoy que el sábado a media mañana pude ver como unos operarios se afanaban en retirar las basuras acumuladas en las papeleras instaladas en la misma e incluso como otros, con unas tenazas de mango largo en las manos, recorrían ambos márgenes de la carretera que discurre paralela a la arena, retirando papeles, bolsas de plástico, latas de refrescos y toda clase de desperdicios arrojados o abandonados por los propios usuarios del lugar.
Y eso, naturalmente, está muy bien y es, además, lo que hay que hacer, aunque la franja de arena entre la orilla del mar y las dunas, al menos un sábado y un domingo, deja bastante que desear en cuanto a la limpieza por el incívico comportamiento de muchos de los que allí acuden.
Claro que, con respecto a la circulación, el estacionamiento de vehículos y el ordenamiento del tráfico, en general, la situación de la Playa del Palmar es un auténtico caos, especialmente a partir del mediodía del sábado y por supuesto toda la jornada del domingo, ya que ni aparece un agente de la Policía Municipal por el lugar, cada cual deja su coche donde le viene en gana y, por si poco fuera, al aparcar en ambos márgenes de las estrechas carreteras de la zona e incluso en los caminos polvorientos por los que se accede a la Playa, se llega a originar todo un peligroso colapso de circulación que, tras largas colas, paciente espera y dósis de buena voluntad por parte de algunos conductores, acaba resolviéndose no sabe uno muy bien por que.
El problema no es nuevo y, por lo que se comprueba dada su reiteración, al Ayuntamiento de Vejer, en cuyo término está la Playa del Palmar, parece que le importa bastante poco, así es que ya está usted advertido, amigo lector, y si se le ocurre ir por el lugar - del que de seguir así las cosas mucho nos tememos que el ciudadano normal acabe cansándose, en perjuicio de bares, restaurantes y otros negocios de la zona - ármese de paciencia y procúrese un seguro a todo riesgo para su coche.
¡Una lástima!. La verdad es que nos gustaría poder hablar mejor del Palmar, pero así son las cosas que allí ocurren y así hay que contarlas...
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