Está claro que aquello de que dejarían "a España que no la reconocería ni la madre que la parió" del sevillano Guerra, que fuera Vicepresidente del primer Gobierno socialista presidido por Felipe González se ha venido desgraciadamente a cumplir en plenitud desde los primeros años ochenta del pasado siglo hasta la fecha y uno de los testimonios que lo corrobora sin duda es esa proliferación de calabazas, esqueletos, monstruos diversos, peticiones de trato o truco que niños, mayores y militares van pregonando por las puertas de las casas en que se concreta esta ¿fiesta? de Halloween dedicada a los muertos que hemos importado absurdamente gracias a tanta celebración promovida incluso en los Colegios religiosos, no digamos en la escuela pública y por supuesto por el negocio de Hipermercados, discotecas y bares de copas que en esto del disfraz de mal gusto han visto su oportunidad de hacer caja...
Así las cosas nuestra tradicional fiesta de Todos los Santos, en las que los frutos secos tenían especial protagonismo, en cuya fecha la célebre obra de Zorrilla ocupaba todas las carteleras y por doquier se repetía aquellos versos: "No es verdad, Ángel de amor..." , en la que muchas personas acudían a los cementerios a honrar la memoria de sus muertos, con flores y oraciones y no con disfraces de mal gusto, ha terminado casi por pasar lamentablemente desapercibida en estos últimos años en los que tantos españoles han preferido adoptar costumbres foráneas a las suyas propias en una nueva muestra del papanatismo que nos acompaña.
Y es que la fiesta esta del Halloween, que no está ni mal ni bien sino todo lo contrario, todavía protagonizada por los mas pequeños, que luciendo una fea careta incluso llegan a asustarse de ellos mismos cuando se miran en un espejo, tiene un pase pero cuando de la misma se apoderan los mayores es para salir corriendo y borrarse de esta sociedad pacata y frívola que se olvida de sus raíces para adoptar costumbres que atentan contra su propia cultura...
Pero así estamos y encima alentado, como ya he dicho, desde Colegios religiosos, alguna que otra Hermandad y demás gente con poco sentido común y poca imaginación, que disfrutan copiando lo de fuera...
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