Llegan las luces, los adornos extraordinarios en calles y plazas como preludio de las fiestas con las que conmemoramos la Navidad que es época - eso se pregona reiteradamente por estas fechas - de solidaridad, de ilusión, de compartir con los demás no solo una sonrisa sino la ayuda que otros puedan necesitar como expresión del mensaje que emana del nacimiento de Jesús en un perdido establo de Nazaret, en el comienzo de una historia que se ha prolongado en el tiempo y que entre nosotros se revive cada año por estas fechas...
Y sin duda, estos adornos, los populares "nacimientos" o belenes, incluso el árbol lleno de bolas de colores y guirnaldas de luces, que por todas partes nos salen al paso, son la manera de proclamar a propios y extraños que llega un tiempo de alegría renovada por lo que las ciudades procuran impulsar con este tipo de acciones todo cuanto pueda favorecer las ventas de los comercios e incluso la presencia de la gente en las calles que en tiempos de crisis como los que estamos viviendo es siempre positivo y necesario para incentivar la economía de cada municipio y propiciar la convivencia entre los vecinos.
Por eso lucen no solo los exornos luminosos sino que junto a ellos se muestran, en numerosos lugares, las representaciones plásticas de la escena del Nacimiento en el Portal de Belén e incluso los escaparates de los comercios se adornan con motivos alusivos a estas fiestas con las que cerramos el último mes del año que se prolongarán, sin solución de continuidad, hasta los primeros días del Año Nuevo, con la jubilosa jornada de la presencia en calles y plazas de los Reyes Magos en la que se impondrá, sobre toda cosa, la mirada sorprendida e ilusionada de los niños... y también de sus mayores, que por algunas horas se hacen tan niños como ellos...
Eso es lo que nos anticipan las luces de las calles, en este inicio del mes de diciembre.
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