No es la primera vez desgraciadamente que el problema salta a la opinión pública, lo cual habla claramente de su persistencia, pero de acuerdo con los datos del informe no solo permanece en las prácticas habituales de nuestra sociedad sino que en lugar de disminuir se ha incrementado sobre años precedentes y de manera significativa en las clases de primaria lo que demuestra que son precisamente los padres de los alumnos mas pequeños los que discuten la autoridad de los maestros de sus hijos, llegando incluso a la agresión física según constata el balance anual del Sindicato del Profesorado de Andalucía...
Según se desprende de este informe existe un alto porcentaje de profesores - mas del cincuenta por ciento de quienes se han pronunciado - que manifiestan cuadros de ansiedad y casi el treinta por ciento de ellos se ha visto afectado por un cuadro de depresión, planteándose por ello abandonar el ejercicio de su profesión como consecuencia de la dificultad para poder mantener el orden en las aulas como directa consecuencia del incremento del número de alumnos que se achaca, especialmente a los recortes sufridos por la enseñanza con motivo de la crisis económica que, entre otras cosas, ha llevado a no cubrir las bajas por enfermedad al menos por un plazo de diez días.
Ciertamente este problema, a pesar de la normativa reforzando la figura y la autoridad del profesorado y singularmente de los directores de los centros docentes, en lugar de disminuir se ha visto notablemente incrementado por la crispación de la sociedad de nuestro tiempo, nacida en buena medida de la generalizada creencia de que todo debe ser gratis, de que la educación es asunto de competencia exclusiva del Colegio y de los maestros y lamentablemente de que la consideración, el respeto y la tolerancia parecen haberse perdido definitivamente entre nosotros...
Y en buena medida casi todo ello se debe a la persistencia en inculcarnos que el llamado estado del bienestar es el paradigma de la libertad y la justicia universal que como utopía no está mal pero que en la práctica es una auténtica falacia.
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