lunes, noviembre 24, 2014

La Zambomba, Bien de Interés Cultural.

Casi perdida en el recuerdo, salvo muy contadas excepciones, la fiesta tradicional navideña por excelencia en Jerez, esa muestra de convivencia popular con la que se manifiesta la alegría por la llegada del Niño Dios, aunque muchos de los que participen presuman de ateísmo, es sin duda la Zambomba - y no zambombá como la llaman fuera de aquí - que no es otra cosa que la denominación de la fiesta con que los jerezanos, reunidos en torno a una fogata y desde luego junto a ese instrumento musical, sencillo y tosco a la vez, de voz ronca, fabricado con barro, una tela humedecida y el carrizo sobre el que la mano resbala una y otra vez para marcar el ritmo de la copla, cantan villancicos alusivos a la Navidad además de coplas pícaras e irreverentes, como resultado de que su origen se encuentra en la reunión de los vecinos en los patios de aquellas casas compartidas de antaño, casi todas ellas convertidas hoy día en edificios de varias plantas...

Esa fue y debe seguir siendo la zambomba de Jerez, cuya marca - si no se ha hecho ya - tendría que ser registrada urgentemente por el Ayuntamiento, para evitar que nos sea usurpada por otras localidades próximas donde ya, incluso, se han copiado las letras típicas jerezanas, cambiándoles nombres de calles nuestras por las de otros lugares para adaptarlas a lo suyo, por lo que se corre el riesgo cierto de que finalmente lo que es genuinamente de aquí quede desnaturalizado y no se sepa muy bien cual es su paternidad, lo cual no debe ser obstáculo para que este tipo de fiesta-convivencia navideña se siga promocionando y difundiendo fuera de los límites de la ciudad pero sin perder su esencia verdadera.

Y al mismo tiempo, para esta fiesta tan singular y tan nuestra, lograr su declaración como bien de interés cultural ya que sin duda se trata de una de las manifestaciones mas arraigadas de la expresión popular navideña jerezana y todo cuanto se haga por su defensa dará como resultado su fortalecimiento y su potenciación, evitándose también el exceso en que en los últimos años hemos caído pues al paso que vamos corremos el riesgo de celebrar Zambombas en pleno mes de agosto, algo bastante parecido a lo que quién esto escribe pudo contemplar el pasado fin de semana - en pleno mes de difuntos - en un rincón de la Porvera, donde ya se cantaban a pleno pulmón nuestros populares villancicos, y tampoco es eso...

Pero puesto coto a este abuso, cuidemos la Zambomba que es algo muy nuestro.

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