Por desgracia para España y para los españoles llevamos demasiado tiempo hablando de la corrupción que, como la gangrena, ha dañado hasta la raíz la política y especialmente la confianza que quienes desempeñan cargos públicos, a cualquier nivel, deben suscitar entre la población, destinataria última del derecho a depositar su decisión, en forma de voto, en las urnas cuando se le convoca a cualquier consulta electoral lo que ha provocado todo un terremoto, al menos en las tendencias que marcan los sondeos, sobre las formaciones políticas que podrían contar en próximas convocatorias con el apoyo de la ciudadanía, emergiendo ciertos colectivos cuyo único aval por el momento para poder acceder al gobierno de Ayuntamientos, Autonomías o del propio país es lamentablemente el cabreo que deviene de las medidas adoptadas para superar la crísis y desde luego de la mencionada corrupción que afecta por igual a todos los Partidos, lo cual no supone ninguna garantía...
Claro que a ese problema, ese gravísimo problema que no solo nos afecta a nosotros pero que aquí ha alcanzado ya niveles nauseabundos, solo se le puede atajar empleando no las buenas palabras, la prudencia, el respeto por la presunción de inocencia o el culpar a los demás de que hacen lo mismo sino, como en casos en que la salud del paciente no responde a los medicamentos, empleando la cirugía para cortar el daño y sus posibles ramificaciones. Solo así se entenderá que se quiere erradicar, de una vez por todas, esta lamentable plaga que padecemos y que como ya se ha visto y comprobado afecta, en mayor o menor medida, a todas las formaciones políticas tanto las mayoritarias como las testimoniales.
Y esa actuación no admite ni mas demoras, ni mas justificaciones verbales ni mas escenas tan deplorables como los abrazos a cierto presidente de una Autonomía que se ha permitido viajar, con cargo al dinero público, hasta Canarias para asuntos personales y que encima ha sido acogido por sus correligionarios con cerrados aplausos cuando se le debería haber exigido la dimisión inmediata de su cargo por haber abusado de su posición para realizar dichos desplazamientos gratis total a las Islas, que ahora pretende pagar como excusa...
Por eso, una vez mas cabe preguntarse si la militancia de los partidos - aquí en nuestra tierra podríamos ahondar en ese turbio asunto de los ERE - está acaso secuestrada por quienes manejan sus estructuras o acaso obnubilada por las consignas que estos les endosan como alimento ideológico porque si no no se entiende.
¿Pintan algo o sirven para algo mas que para llenar los mítines los militantes de los Partidos?
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