lunes, julio 21, 2014

Verano y obras.

Sin duda es la mejor época para llevarlas a cabo ya que en cierta medida las ciudades registran una menor actividad y de ellas no son pocos los que deciden marchar a lugares de veraneo lejanos o cercanos disminuyendo por tanto el volumen de circulación que, con los Colegios también cerrados por vacaciones, baja de forma apreciable especialmente a primeras horas de la mañana y a mediodía coincidiendo con la entrada y salida de los alumnos a los centros...

Por eso es habitual que todos los veranos los respectivos Ayuntamientos acometan una serie de obras de mejora en las ciudades, especialmente las que tiene  que ver con el pavimento y aquellas otras que en mayor o menor medida afectan al tráfico ya que aún originando inevitables molestias en este tiempo caluroso resultarían un auténtico problema durante los meses del año en que la actividad se incrementa de forma notable en las poblaciones por el comercio o la enseñanza que, dicho queda, es bastante menor ahora.

Claro que para que esto sea así, las Corporaciones municipales tienen que hacer sus deberes con antelación, acertando con aquellas obras y reformas mas necesarias para cada ciudad, previendo los presupuestos correspondientes y adjudicando también antes el correspondiente concurso a las empresas que libremente acudan a la convocatoria pública sobre la cual deben actuar llegado este momento...

Por eso verano es sinónimo de obras y a pesar de las molestias época propicia para que las ciudades arreglen sus desperfectos, acometan proyectos pendientes y se preparen para un otoño y un invierno en los que deben encontrarse ya en perfecto estado de revista.

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