De unos años a esta parte el transporte ferroviario en España ha mejorado de forma notable gracias, primero, a esa línea de Alta Velocidad entre Madrid y Sevilla, inaugurada para la Exposición del año 92, que tantas críticas despertó y tanta polémica generó entre quienes la consideraron un regalo excesivo de Felipe González a su tierra, que fueron luego los primeros en utilizarla móvil en mano un día si y el siguiente también y que perdieron el culo mas tarde elogiando lo que de avance en materia de comunicaciones suponía el referido AVE al que seguirían la apertura de nuevas líneas, la mejora del propio material ferroviario - Avant, Alvia, Medias Distancias, etc. - la renovación de las vías y una serie de acciones mas que han colocado a nuestra red de ferrocarriles a una gran altura...
Y eso, sobre todo, lo apreciamos mejor quienes hemos debido utilizar aquellos viejos trenes cuyos vagones estaban divididos en compartimentos a los que se accedía por puertas laterales que, mas de una vez, proporcionaron un buen susto a los viajeros que distraídamente se apoyaban en ellas para contemplar el paisaje, los que teníamos que soportar aquellos largos desplazamientos de casi veinticuatro horas entre Andalucía y Cataluña - el llamado catalán para nosotros y el sevillano para ellos -, los usuarios del ferrobús, todo un avance para su época o proteger nuestros ojos para que la carboncilla de la máquina no acabara entrando en ellos, por no hablar de los inacabables y desesperantes retrasos de cualquiera de las líneas que cruzaban nuestro país a todas horas.
Por supuesto que es apreciable el avance en todos los ordenes que el transporte ferroviario ha experimentado en nuestro país, de unos años a esta parte, por lo que precisamente el que haya que viajar desde Madrid hasta Sevilla, en el Alvia que une la capital de España con Cádiz, en un vagón sin aire acondicionado en pleno mes de julio, es algo que ni se comprende ni desde luego se corresponde con esta mejora de la que nos hacemos eco y que a pesar de las reiteradas protestas de los viajeros afectados no encontró durante todo el referido trayecto la menor solución por parte de la pomposamente llamada Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) responsable sin duda de esta inadmisible situción por permitir poner en servicio unos vagones que no están a la altura del respeto que merecen los usuarios de dicho tren...
Claro que a lo peor la única solución que este problema tiene es la de meter en ese vagón sin aire acondicionado durante este mismo mes de julio y a las seis y media de la tarde a toda la cúpula directiva de la referida ADIF para que vean que mal se pasa, sin aire acondicionado, viajando entre Madrid y Sevilla, con destino Cádiz...
No estaría mal que lo probaran.
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