Aunque moralmente sea así, la sentencia de un Juez de Gijón de obligar a los abuelos de unos niños cuyos padres se encuentran en la indigencia a pagar su manutención, aparte claro está de haber provocado una intensa polémica en las llamadas redes sociales, parece que ya era lo único que nos quedaba por ver a los españoles sobre nuestra Administración de la Justicia pues - repito - al margen de lo que el corazón pueda dictar en casos semejantes, parece que quienes si estarían obligados a atender a estos niños, que por supuesto es lo mas importante y prioritario en este asunto, son desde luego los Servicios Sociales, o como se llamen, del Ayuntamiento de dicha ciudad. Por que si no, ¿para que mantenemos los ciudadanos con nuestros impuestos semejantes organismos?...
No es la primera vez que una Sentencia se convierte en tema de controversia y deja a los ciudadanos en absoluta perplejidad y posiblemente quién en este caso la ha emitido habrá revisado con la mayor atención la jurisprudencia sobre un asunto similar o parecido, pero es que eso de repartir entre los cuatro abuelos de los niños a los que sus padres no pueden dar de comer el importe mensual de su manutención es ciertamente inexplicable por mucho que se quiera argumentar sobre la obligación que los referidos abuelos, pensionistas por mas señas, tienen para esas criaturas abandonadas a su suerte cuyos padres no tuvieron la menor previsión a la hora de engendrarlas.
Por eso se ha suscitado el lógico debate sobre donde se encuentra el límite de obligación familiar y si unos abuelos, por mucho que disfruten de sus nietos - que todos sin duda lo hacen - se deben ver obligados por la fuerza de una decisión judicial a costear la manutención de sus herederos en segundo grado por parte paterna o materna, lo cual desde luego es bastante discutible. Otra cosa será contemplar el problema desde los lazos afectivos que deben existir en toda familia, pero legalmente la sentencia es, por lo menos, bastante discutible...
Claro que con decisiones como la que comentamos, vayan los abuelos pensionistas ahorrando obligadamente por si acaso sus nietos les reclaman la diaria manutención.
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