martes, julio 29, 2014

El ejemplo del Rey.

Siempre se ha dicho que la mejor manera de demostrar algo es predicar con el ejemplo y algo de esto es lo que, con las medidas adoptadas por el monarca, se ha propuesto el Rey Felipe VI pocas semanas después de asumir, por la abdicación de su padre,  la Jefatura del Estado al establecer una serie de principios que afectan a los miembros de la Familia Real, a quienes trabajen en la Casa del Rey y desde luego a los tan traídos y llevados dineros que con cargo a los Presupuestos Generales son destinados al mantenimiento de la misma y de los distintos servicios que la atienden...

Y es que procurar la mayor transparencia de la citada Casa Real con la prohibición expresa de que los miembros de la Familia Real no puedan, en ningún modo, trabajar para empresas y deban dedicarse exclusivamente a labores institucionales, someter el dinero que recibe de los referidos Presupuestos del Estado a una Auditoría externa que certifique su correcta utilización, establecer un Código de conducta con principios de buen gobierno para cuantos presten sus servicios en el entorno del monarca y su familia, o regular las donaciones o regalos que puedan recibir  son sin duda pasos hacia la necesaria transparencia de la mas alta Institución del país que los ciudadanos venían demandando y que, con gran acierto, el Rey ha decidido acometer con urgencia.

Si a ello se unieran ahora medidas con idéntica finalidad en la esfera del propio Estado, en el ámbito de las Autonomías o en las instituciones de la Administración local, que procuraran el ahorro del inmenso gasto que todas ellas comportan, que pusieran coto definitivamente a tanto caso de corrupción como España ha soportado, que sometieran el uso del dinero público a un control férreo a cargo de entidades en las que no tuvieran presencia los políticos de distinto signo, que posibilitaran la devolución del dinero recibido por parte de las entidades bancarias para su rescate, tal y como en su día se dijo, ciertamente que con su anuncio el Rey Felipe Vi habría marcado la dirección correcta de por donde debe marchar nuestro país...

Confiemos en que así sea, pues la esperanza es lo último que debe perderse. Y ya se sabe, que el Rey no gobierna, pero reina...

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