No hizo fortuna, en modo alguno, el cierre - con "pilona" incluida - de la calle Honda, en pleno centro de Jerez y de eso se han encargado de constatarlo todos los comerciantes establecidos en la misma, los que tienen sus puestos en la cercana Plaza de Abastos y desde luego cuantos usuarios de los autobuses tienen su parada habitual en Plaza Esteve y los automovilistas que se han visto obligados a dar vueltas y mas vueltas por la ciudad, para poder llegar a un destino que se les vetaba - entre Correos y la Rotonda del Casino - de manera incomprensible y absurda...
Pero todo fuera por la peatonalización, moda recurrente en todas las ciudades y la nuestra no es en ello una excepción y por convertir nuestras calles en cómodos viales para los transeúntes aunque estos, a la postre, casi ni siquiera caminaran por ella, que se quedó huérfana de Autobuses - con itinerarios alternativos verdaderamente ilógicos -, de clientes y por supuesto de vida.
Pero como el refrán popular asevera, "de sabios es el rectificar" y al igual que ocurriera en su día con la "pilona" que impedía el paso desde San Agustín a San Miguel - capricho de un Alcalde ya por entonces con los papeles bastante perdidos o de sus Asesores - ahora se ha tenido que adoptar similar decisión en la mencionada calle Honda, cuyos "bolardos" - como se les llama en Sevilla - han quedado, por el momento, "enterrados" bajo tierra, a pesar de lo que costó su instalación...
Vivir para ver, aunque en el caso que nos ocupa, sea para bien.
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