miércoles, julio 14, 2010

En el avión, como en el AVE.

Mucho nos tememos que con la orden ministerial que acaba de aprobarse, en la que se autoriza la utilización de los teléfonos móviles en los aviones, en pleno vuelo - con la excepción de los despegues y aterrizajes - en breve viviremos a bordo de las aeronaves la misma situación rídicula y espérpentica que se produce, cada día - a pesar de los esfuerzos de la compañía de los trenes de Alta Velocidad - en las distintas unidades del AVE que ya circulan por media España y que comenzaran a funcionar, en el ya lejano año 1992, poco antes de la Expo de Sevilla...
Timbrazos, verdaderamente molestos, conversaciones estúpidas - "estamos saliendo de Santa Justa", "Ahora vamos por Puertollano", "Como estás, mi vida, besitos a los niños", "Llegamos ya a la Estación de Atocha"... - charlas empresariales en las que uno se entera de ciertos detalles de alguna operación comercial que para nada nos interesan, citas para la llegada o para la noche, órdenes para concretar determinados trabajos y un sin fin de monólogos - la otra parte de la conversación, naturalmente no se escucha - que además de interrumpir la tranquilidad de nuestro viaje, incordian, distraen de la lectura de un periódico o de un libro y, sobre todo, son buena prueba del bajo nivel de educación de ciertas personas, que hablan a voz en grito como si quisieran que las escucharan al otro lado del Atlántico.
Por eso, con esta disposición de las autoridades competentes, que sin duda lo hacen con la mejor intención para que el viajero se pueda comunicar desde el interior de un avión, en pleno vuelo, mucho nos tememos que a partir de ahora la ambientación sonora de los vagones del AVE - sean de Club, Preferente o Turista, se repita - en menor espacio y con mayor proximidad - también en el interior de los aviones que cruzan los cielos de España...
¡Lo que nos faltaba!
Así es que, amigo lector, váyase buscando esos taponcillos que se utilizan para combatir los ruídos atronadores de grandes motores, no por viajar en un avión sino para no tener que aguantar desde ahora en adelante las interesantes conversaciones telefónicas de su compañero de asiento durante el vuelo.

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