viernes, julio 23, 2010

La crísis y las obras públicas.

Lo acaba de anunciar el Ministro de Fomento, cosa ya sabida por otra parte desde que comenzaron a no salir las cuentas del Estado, y muchas de las ilusiones, de las esperanzas puestas en tantos proyectos de Autovías, líneas de AVE, puentes, aeropuertos o carreteras se han difuminado en el lejanísimo horizontes del próximo lustro, como poco...
Se acabó lo que se daba - que era casi todo cuanto se pedía - ya que las carencias en infraestructuras de España fueron siempre notables, con respecto al resto del viejo continente, y logicamente Autonomías, capitales de provincia, ciudades de cierto porte y hasta pequeños núcleos rurales clamaban por la solución de sus necesidades en esta materia que, en una gran medida nos llegaría precisamente de los dineros europeos...hasta que estos se acabaron.
Por eso ahora, con la que está cayendo en la economía globalizada, con los tets de la Banca, con la deuda del Estado, parece inevitable parar el frenético ritmo de obras públicas, tan necesarias ya digo en otro momento y posponer la finalización de muchas de ellas, cuando no cancelarlas definitivamente...
Claro que esto, como primera consecuencia, -según anuncian las empresas del ramo de la Construcción dedicadas a este menester - acentuará sin duda el paro de nuestra ya de por sí castigada Población Activa, cuyo número de desocupados rebasa límites ciertamente preocupantes.
Pero en esto del recorte de las inversiones públicas se cumple a rajatable ese antiguo proverbio que asevera "que donde no hay harina, todo e mohina..."
Así es que, paciencia.

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