Con nombre de ex emperatriz...

Ni llamarse como aquella Emperatriz del Irán, la de la mirada triste, que cautivaba por su belleza y por su elegancia, le ha servido para hacer un mediano papel en ese engendro musical que las televisiones europeas se han montado como señuelo para captar audiencia y, de paso, aprovechar los réditos de la industria fonográfica con el lanzamiento de nuevos valores de la canción pop, o lo que sea..., que ya se sabe que la venta de discos, CDs o DVDs suele generar pingües beneficios, a pesar de los manteros...

Ni siquiera tener la plataforma de TVE que en esta ocasión, como en las anteriores, ha tratado de vendernos a los españoles las bondades de su presunta artista, le ha servido a la tal Soraya para acumular más audiencia que un chikilicuatre que ya tuvimos - para verguenza y sonrojo - como representante de nuestro país el pasado año ante toda Europa y a través de las televisiones repartidas por los paises que la integran, ya que la audiencia acumulada durante su actuación, según nos cuentan, ha sido la mitad de la que acompañó a Rodolfo - el de la Sexta, la televisión amiga - el año pasado y encima clasificándose en el honroso penúltimo puesto.

Total, todo un éxito de la Televisión pública española que sigue, en esto del festival, dando palos de ciego, sin encontrar una línea y dejando a todo un país al borde del más deplorable ridículo.

¿Alguien pide cuentas por esto?

Y es que si encima, a partir de ahora, cuando se suprima la publicidad en Televisión Española hay que pagar un canon, directa o indirectamente, ¿algo tendremos que opinar los ciudadanos de semejantes despropósitos, no?

Vamos, digo yo...