Incluso con dinero propio, tal como están las cosas y teniendo en cuenta la pobreza que tantas personas padecen, el paro, la miseria que afecta a millones de seres humanos, el hambre, las carencias que incluso nuestra civilizada sociedad española sigue exhibiendo en la actualidad, que lastra y limita gravemente a muchísimas personas que no tienen una residencia a la que poder ir, servicios básicos como sanidad o educación con prestaciones insuficientes, parece inadmisible que desde una entidad - cualquiera que esta sea - cuyo objeto social es administrar el ahorro de sus clientes se proceda a adquirir, para uso de su presidente, un vehículo cuyo precio ronda los ochenta y tres millones de las antiguas pesetas...
Claro que a lo mejor nos dicen ahora que no es ese el coste real del referido automóvil. Incluso, igual se adopta la heróica decisión de devolverlo al fabricante, pero lo cierto es que la noticia que se ha difundido habla de unos quinientos mil euros, con numerosas prestaciones de motor, seguridad para los usuarios del vehículo y a lo mejor hasta - eso no se cuenta - no es necesario llenarle el depósito para que el coche funcione.
Lo cierto es que como dice la sabiduría popular, "buey suelto, bien se lame" y esto es lo que parecen entender, como código de conducta, muchos que disponen de dinero que no es suyo propiamente dicho y que lo utilizan alegremente sin tener en cuenta que "como la mujer del César, no solo hay que ser bueno sino parecerlo" y que en la vida pública, al frente de los negocios, de las entidades financieras, es decir, de cualquier responsabilidad que pueda servir de testimonio al conjunto de los ciudadanos, hay que ser absolutamente transparentes, honestos y responsables ya que de lo contrario se está contribuyendo, sin duda, a la degeneración de la sociedad en la que vivimos...
Y eso es lo que, por desgracia, ocurre con más frecuencia de la que debiera.
Penoso y cierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario