Uno supone que los Ayuntamientos costeros habrán hecho, a estas alturas, los deberes para que sus playas estén debidamente limpias, dotadas de todos los servicios, accesibles para aquellas personas que tengan alguna limitación física, con capacidad de aparcamiento suficiente para que quienes a ellas acudan puedan estacionar su vehículo sin tener que sufrir un auténtico suplicio, con vigilantes y voluntarios que garanticen, en la mayor medida posible, la seguridad de los bañistas...y en definitiva que respondan a lo que los usuarios demandarán de ellas durante la época estival.
E igualmente supone, que los transportes públicos, Renfe, líneas de autobuses, catamaranes de la Junta que navegan por la bahía de Cádiz, entre El Puerto y Cádiz o hasta Rota, habrán previsto el incremento de sus servicios e incluso, en fines de semana y festivos o sus vísperas un aumento importante de frecuencias para poder atender la demanda del público que los utilice para sus desplazamientos.
Claro que para suponer, de cara al próximo verano, uno sigue pensando que tendremos los mismos atascos de sábados y domingos y en horas punta, en la bifurcación de Tres Caminos, hacia Chiclana y San Fernando, las dificultades para salir a la nacional 340 desde la 396 que conduce de Medina a Vejer, la saturación del tramo entre Chiclana y el ya citado cruce de Tres Caminos, al regreso de las playas por el continuado retraso de obras de infraestructura que debían estar hechas hace ya muchos años y aun hoy día continuan pendientes...
Pero esa es la realidad y así tendremos, un año más, que aceptarlo por mucho que nos irrite quemar gasolina o gas oil con nuestro vehículo y por mucho que se nos acabe la paciencia, que ya se sabe que los políticos- de cualquier signo - a la hora de prometer, todo lo que haga falta pero a la de cumplir las promesas, si te ví, no me acuerdo...
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